Nos
estamos refiriendo a Dª. Irene Bartolomé que ayer nos remitió esta fotografía
junto con el siguiente mensaje:
“Todos los días tenemos unas visitantes de excepción en nuestra terraza. Sin duda, las vistas del ático del Edificio Imperial les parecen mucho más bonitas que las de sus nidos en el parque y en Santa María. Oírlas crotorar nos alegra el día. Además dicen que son un son un símbolo de buenos augurios. Y lo cierto es que, aunque llevamos poco tiempo siendo borjanos, estamos encantados de formar parte de esta gran familia”.
Se
lo agradecimos, de verdad, y le preguntamos sobre el estado de los cigoñinos
del parque. Inmediatamente, desde su privilegiado observatorio, nos remitió
estas otras dos imágenes que nos permiten constatar que no han sufrido daños,
cosa que no podemos asegurar de las crías del nido de Santa María.
Pero las cigüeñas han servido para que nos percatáramos de que nuestra comunicante era la Presidenta del Teatro Lírico de Zaragoza, una entidad que desde hace muchos años y con un carácter completamente altruista está desarrollando una gran labor de promoción y difusión de la zarzuela.
Pero
la actuación que les catapultó a la fama fue la que de forma “improvisada” (inesperada más bien) representaron
en el aeropuerto de Zaragoza en la que uno de los papeles estelares corrió a
cargo de Fernando Cosculluela, otro borjano de adopción. Vuelvan a ver el vídeo en este enlace. Ha hecho llorar a muchas personas no sólo aragonesas, sino de
regiones muy alejadas a las que la jota hace vibrar.
En
cuanto sea posible, nuestro Teatro Cervantes debería acoger a tan importante
formación musical, en el marco de un festival benéfico para el que no faltarán
causas nobles. Mientras tanto y, aunque nos hayamos enterado tarde, bienvenida
Irene y, por supuesto Fernando, que ya nos auxilió en una noche difícil.
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