Intensa jornada la de ayer que vino a quebrar el ritmo habitual de trabajo e incluso a retrasar la preparación de estos artículos a los que, cada día, debemos dedicar un buen número de horas.
En
primer lugar, recibimos la visita de Dª. Teresa Bayod Monterde que ha retomado
el ritmo de visitas semanales, anterior a la pandemia, trayéndonos en cada ocasión
nuevos elementos para su legado. Aquí se reunió con sus amigas borjanas que
suelen acompañarle durante su estancia en la ciudad.
Por
la mañana llegaron también el Coronel de Infanteria de Marina D. Francisco
Javier Martínez García, ilustre hijo de Morata de Jalón y de D. Manuel Artajo
Muruzábal, en este caso de Sádaba, al que no habíamos vuelto a ver desde 1964 y
que se mostró sumamente interesado por nuestras actividades dado que, además de
veterinario, es un importante coleccionista y experto en Arte.
D.
Ramón Andía y D. Juan Carlos Martínez Calahorra estuvieron en la Casa de
Aguilar, el primero de ellos para iniciar sus trabajos sobre Patrimonio y el
segundo para evaluar el estado de las piezas que conforman el espacio
museístico que estamos creando.
Se
ha ultimado la instalación del nuevo sistema de iluminación en algunas de las
obras de Arte que podrán ser contempladas y, ya por la tarde, se comenzó la
instalación de las nuevas estanterías adquiridas para ampliar la capacidad de
la biblioteca que había quedado agotada. Es una solución temporal pero, dado
que no se quiere asumir la imprescindible ampliación de la Casa, aguantaremos
un tiempo con la remota esperanza de que cambien las circunstancias. Vanas
ilusiones pues todo lo que cambia es a peor y lo que estamos viviendo no será
una excepción.
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