Esta modesta estampa que acabamos de conseguir, nos ha servido para conocer la existencia en nuestra ciudad de una asociación de la que no teníamos noticia: la Cruzada Misional de Estudiantes de España.
Al
dorso de la misma se detalla que el 6 de diciembre de 1959 tuvo lugar en el
colegio de Santa Ana de Borja la solemne bendición de la bandera y la
imposición de distintivos de esa Cruzada Misional de Estudiantes de España que
tuvo la suficiente importancia como para disponer de bandera propia. Es
significativo el hecho de que la estampa fuera editada por el Seminario de
Vitoria, mientras que fue la imprenta Meléndez de Tarazona quien añadió el
texto del acto celebrado en Borja.
Esta
asociación religiosa había sido fundada por el sacerdote D. Juan José Pérez
Ormazabal, profesor de Literatura en el seminario de Vitoria, aunque fue D.
Ángel Sagarminaga el verdadero responsable de su difusión por muchos centros
escolares de España.
Tuvo
un enorme influjo en el fomento de vocaciones misioneras entre los jóvenes, en
unos momentos en los que el sentido de misión se vinculaba a los postulados de
un régimen que, en cierta manera, identificaba religión y patriotismo, evocando
un pasado en el que se quería destacar la difusión de la Fe en este conjunto de
naciones que constituían la llamada “Hispanidad”.
El
distintivo de la Cruzada que probablemente figuraría en la bandera representaba
a un cruzado medieval levantando al africano postrado a sus pies, al que ilumina
con la lámpara que está al lado e ilustra con el libro abierto, aunque lleve
pendiente la espada.
Esta
Cruzada coexistió con la Santa Infancia que tuvo especial protagonismo en las
cuestaciones anuales del día del DOMUND. Hay estudios muy interesantes que
analizan la evolución de la concepción misional desde esos primeros momentos en
los que están unidos religión y política hasta posiciones más avanzadas,
pasando por una etapa que podríamos considerar folklórica en la que
predominaban esos disfraces de indios, africanos y chinitos portando las huchas
que también adoptaban forma de cabeza racial.
La
CMEE tuvo también un himno, titulado “Dios lo quiere”, cuya letra escribió el
propio Pérez Ormazabal siendo su música obra del maestro José María Beobide,
aunque otras fuentes se la atribuyen a Juan Tellería, autor del “Cara al sol” y
de otros himnos de la época. En nuestra opinión hubo dos partituras, siendo la
de Tellería la oficial, que puede escucharse en este enlace.
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