domingo, 28 de marzo de 2021

La Paz y la Justicia

         Tras los estandartes de las doce Tribus de Israel desfila el paso del Descendimiento, portado por la cofradía de San Antón. A él hicimos referencia ya al hablar de la desaparecida ceremonia del Descendimiento a la que recuerda, por lo que hoy nos centraremos en dos personajes simbólicos que le siguen.


         Se trata de la Paz y la Justicia, representadas habitualmente por dos jóvenes que visten túnicas blancas con bandas rojas terciadas sobre el pecho y tocadas con corona real cerrada. La Paz porta una palma, mientras la Justicia lleva una espada, en realidad un sable militar. Sostienen en las manos un lienzo negro en el que aparece la inscripción “Justitia et Pax osculatae sunt. Psal. 84”.


         No siempre son mujeres quienes las representan pues, en ocasiones, han sido hombre y mujer o incluso dos hombres. Aunque la posición del lienzo o banda roja debe ser la que aparece en la primera fotografía, no siempre se cumple. En cuanto a la simbología, la palma va asociada a la Paz mientras que la Justicia suele representarse con una balanza en una mano y una espada en la otra. Aquí sólo puede llevar la espada, dado que con la otra mano sostiene el lienzo con la inscripción. 


         Veamos ahora que significa lo que aparece en el lienzo, escrito en latín: “J(I)ustitia et Pax osculatae sunt” que traducido quiere decir: “La Justicia y la Paz se besan”. Se trata de un versículo del salmo 85 que es una hermosa oración para la restauración total. En la cartela se menciona el salmo 84 porque en la distribución numérica de todos ellos se fraccionaron algunos para que el total coincidiera con el número simbólico de 150. Por lo tanto, 84 y 85 hacen referencia al mismo salmo.

         Comienza con el versículo siguiente que es un canto de ilusión tras el perdón del Señor a las culpas de su pueblo que, en definitiva, es fruto de la acción redentora de Cristo a través de su Pasión:

         “Señor, has sido bueno con tu tierra, has restaurado la suerte de Jacob, has perdonado la culpa de tu pueblo, has sepultado todos sus pecados, has reprimido tu cólera,         has frenado el incendio de tu ira”.

         Más adelante (11) afirma: “La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan”, para terminar diciendo: “la justicia marchará ante él y sus pasos señalarán el camino”.


         Este profundo simbolismo ha sido el que ha propiciado que sigan desfilando delante de la imagen yacente de Cristo e, incluso, que pudieran eludir la prohibición decretada en 1769 por el Vicario General de la Diócesis D. Froilán Calixto Cabañas para que en el Entierro de Cristo participaran mujeres disfrazadas de “Marías, Verónicas y Magdalenas” como hasta entonces venía ocurriendo. En cualquier caso, la presencia de la Paz y la Justicia la tenemos documentada desde la restauración del Entierro de Cristo en 1831, encargándose entonces del grupo la cofradía de San Crispín.



         De ahí que, cuando hace no demasiados años se introdujeron dos figuras femeninas mostramos nuestra opinión contraria a un hecho que venía a quebrar lo dispuesto hacía más de 200 años. La primera portaba una cántara de barro, aludiendo a la samaritana. Vino después otra con una jofaina que probablemente representa a María Magdalena que ya está presente en el cortejo por medio del paso que fue construido tras la prohibición citada.






 

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