jueves, 18 de marzo de 2021

El azute de Marbadón: un espacio emblemático

 

         El tramo de Huecha comprendido entre los puentes de Maleján y Clox ha sido un destino favorito para muchas personas de nuestra ciudad. Entre esos espacios emblemáticos estaba la torre de la Morena y, por supuesto, el “Azute”, el azud por excelencia donde toma sus aguas la acequia de Marbadón que se nutre también con las procedentes de la bóveda de la Balseta y de las que llegan de la fuente del Cerezo.

         D. Baltasar González para quien el Huecha fue motivo recurrente en sus cuadros, nos dejó este lienzo del Azute cuyo aspecto es muy diferente al que hemos conocido, aunque lo rotuló con esa denominación.




         Recientemente hemos  estado en ese bonito lugar con un entorno muy verde en estos momentos, donde se encuentran esas piedras de forma tan característica que, como comentamos en una ocasión, no son las de llamado “ojo de Marbadón” que sigue en su lugar, sino del llamado “fillo del ojo”, una salida de la acequia como otras muchas existentes, con su correspondiente rasera. Se quitaron al canalizar el río en 1994 y, tras algunos problemas, las piedras fueron recuperadas por el Sindicato de Riegos e instaladas en este lugar.





         Lo que nos llamó la atención es el gran número de plantas que crecen en el azud y la turbidez de sus aguas, lo que contrasta con imágenes anteriores de ese mismo lugar (las dos últimas). 



         Advertimos también la limpieza que se ha llevado a cabo en ese tramo del río aunque, por el momento, dista bastante de alcanzar el aspecto que presentaba tras la del año 2013.




         Fue entonces cuando Leandro Galindo hizo colocar ese pequeño puente de madera que aún subsiste (aunque se lo llevo por delante una huechada), con algunas de sus tablas perdidas por lo que sería conveniente repararlas.



         La “Huechada” a la que nos referimos tuvo lugar en 2014 y nos dejó imágenes como las que reproducimos, con las aguas saltando por encima del azud, invadiendo las acequias contiguas y corriendo “alborotadas” junto a las tapias de la torre de la Morena.






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