Inmediatamente después del cráneo y la ceniza desfilan en el Entierro de Cristo de Borja los estandartes que representan a las doce tribus de Israel, precedidos por el de la cofradía del Carmen a cuyo cargo se encuentran. Su presencia en la procesión, al igual que los estandartes de las “Cuatro partes del mundo” que comentaremos otro día, viene a resaltar la trascendencia universal del Misterio de la Redención.
Pero,
por lo que respecta a su origen siguen existiendo algunos interrogantes que no
hemos podido resolver todavía. En este sentido, el Dr. D. Alberto Aguilera
Hernández ha podido documentar que el 22
de febrero de 1669 la cofradía de la Sangre de Cristo expuso al cabildo que
Francisco Navarro y su mujer querían dar “de limosna doze tribus para que
salgan en la procession del Jueves Santo”. Francisco Navarro era pintor y
parece ser el que realizó los primeros estandartes que salieron el Jueves
Santo, dado que aún no existía el Entierro de Cristo.
Pero,
este mismo pintor es quien hizo el Vía Crucis del claustro de Santa María que
había costeado la condesa de Castellflorit y es sumamente curioso que esos
lienzos del Vía Crucis llevan pintadas al dorso las tribus de Israel, dando la
impresión de que fueron reutilizados. Hay por lo tanto dos series, la que
actualmente desfila (restaurada hace unos años por Gloria Sánchez Lamana) y
otra más antigua.
En
cada uno de los estandartes, negros y farpados, aparece el nombre de la tribu
correspondiente y, bajo él, el emblema o distintivo de la misma que no siempre
es el mismo que habitualmente se les atribuye que también figura al dorso.
Concretamente, en la primera imagen, puede advertirse el de la tribu de Rubén
que es el orbe o globo terráqueo coronado por una cruz. Le sigue el de la tribu
de Simeón cuyo emblema es un jarrón o búcaro con flores y, a continuación
desfila el de la tribu de Leví, representada por un corazón.
El
cuarto es el de la tribu de Judá que lleva como símbolo un león coronado. El
quinto es el de la de Dan, representada por una serpiente, seguido por el de la
tribu de Neftalí que lleva como emblema un ciervo.
En
esta imagen podemos ver el de la tribu de Dan, en primer término, con la
serpiente que la simboliza, seguido por la de Neftalía con un ciervo y detrás
la de Gad que tiene como emblema un ángel con espada.
La
octava tribu es la de Aser con un haz de espigas, mientras que la de Isacar que
es la novena, tiene como distintivo un asno. Detrás de estas dos desfila la de
Zabulón que es la décima y lleva como emblema un navío de tres mástiles.
Las
dos últimas son las de José que lleva un arco con dos flechas y la del menor de
los hermanos, Benjamín, que está representada por un cordero.
En las
fotografías reproducidas que corresponden a años diferentes puede apreciarse
también el cambio experimentado en el hábito de la cofradía a partir del negro
inicial que era obligatorio en esta procesión hasta llegar al actual con capa
blanca y características muy diferentes.
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