El cuarto paso de la procesión del Jueves Santo en Borja, al que hoy vamos a referirnos, es el Jesús con la Cruz a cuestas, Cuarto Misterio Doloroso del Santo Rosario, el cual ha desempeñado un papel de cierta relevancia en la historia religiosa de nuestra ciudad.
Es el
Evangelio de San Juan donde se señala expresamente que “cargando Él mismo con
la cruz, salió al sitio que llamad “de la calavera” (que en hebreo se dice
Gólgota), donde lo crucificaron”. (Jn 19, 17). Los otros evangelistas mencionan
el hecho de que, ante el estado de extenuación de Cristo y su imposibilidad de
cargar con la cruz, tomaron a un hombre de Cirene, llamado Simón, para que la
llevase.
La
imagen es de las llamadas de vestir, estando formada por una estructura de
madera, con sólo la cabeza y las manos talladas. Todo ello recubierto por una
túnica que, en la actualidad, se trata de la que fue confeccionada y donada por
una devota especial de este Cristo.
En las
constituciones de la cofradía de San Antón, aprobadas con fecha de 5 de noviembre de 1658,
se obliga a los cofrades a asistir con vela a la procesión de Jueves Santo.
Ininterrumpidamente, el paso ha sido llevado por esta cofradía cuyos miembros
visten hábito negro con capirote y vivos morados, llevando la “Tau” en el
pecho. El Dr. Aguilera Hernández ha documentado, a lo largo del siglo XVIII, el
arreglo del paso por parte de la cofradía, así como la confección de túnicas y
pelucas para la imagen, en diversas ocasiones.
Durante
el resto del año, el paso se conserva en una de las capillas entre
contrafuertes del claustro de la colegiata de Santa María. En 1775, la cofradía
arregló lo que llamaban el “nicho”, dadas las reducidas dimensiones de esa
capilla.
Hemos hecho alusión al
papel desempeñado en otros actos religiosos. Concretamente, a lo largo del
siglo XVIII, fue sacado en rogativa en varias ocasiones y los hemos llegado a
ver en la ceremonia de la bendición de los términos, cuando tenía lugar en el
parque de San Francisco. También era el paso que, junto al de la Crucifixión,
entraba en los templos ante los que se detenía la procesión del Jueves Santo,
para rezar la estación ante el Monumento.
Pero,
desde hace unos años, participa también en la ceremonia del Encuentro que tiene
lugar en la noche del Miércoles Santo en la plaza de España. En ella se
representa el momento en que la Verónica enjugó el rostro de Cristo en su
camino hacia el Calvario, quedado impreso en el lienzo. El paso de la Verónica
lo lleva la cofradía de San Sebastián, mientras que el de Cristo con la Cruz a
cuestas lo porta, como es lógico, la cofradía de San Antón. Al tema de la
Verónica nos referiremos en otra ocasión pues tiene gran interés y algunos de
sus aspectos no son demasiado conocidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario