Al referirnos a los estandartes de las Doce Tribus de Israel comentábamos que, con su presencia en el Entierro de Cristo, se quería poner de manifiesto en sentido universal del Misterio de la Redención y este mismo significado tienen los cuatro estandartes que representan a otras tantas partes del mundo: África, América, Asia y Europa. Son cuatro y no cinco ya que, cuando fue creado el Entierro de Cristo, Oceanía aún no había adquirido carta de naturaleza como nuevo continente.
Son
llevados por miembros de la cofradía de San José, aunque en su origen y hasta
su desaparición era la cofradía de las Llagas la que los tenía a su cargo.
Estos estandartes se colocan, a la llegada al Campo del Toro, en cada uno de
los ángulos del tablado en el que se deposita el arca para ser sellada,
recalcando ese sentido universal al que antes hacíamos referencia.
En el
anverso de cada estandarte está pintada una figura femenina que pretende representar
al continente respectivo y, bajo ella aparece una cuarteta cuyo texto invita a
la reflexión de quienes los leen. En el caso de África, la joven de tez oscura
viste túnica verde y se protege con un quitasol rojo que sostiene con su mano
izquierda mientras posa la derecha sobre la cabeza de un pequeño elefante. En
la parte posterior de cada estandarte figuran también algunos objetos que
pretender ser representativos de cada parte del mundo. Los de África son
brazaletes y collares. Este es el texto de la cuarteta:
Con profunda reverencia
adoro la majestad
que la envidia y crueldad
dio muerte con violencia.
En el
estandarte de América la joven viste túnica roja y de toca con una cimera de
plumas, llevando en la mano un arco y a la espalda el carcaj con las flechas.
Al dorso, un arco y una lanza. En la cuarteta dice:
Mira y considera atento
lo que debes a este Dios
que en el Calvario con pena
en un madero murió.
En el
de Asia, la joven viste túnica roja con manto verde y se cubre la cabeza con un
turbante rematado con corona mural. Al hombro lleva lo que parece ser un arco
con sus extremos en punta de flecha. Por detrás, dos incensarios humeantes. El
texto dice:
Tras el cadáver sagrado
al sepulcro llegaré
y con dolor seguiré
la vía que ha consagrado.
En el
caso de Europa para el que no hemos encontrado una foto que lo refleje con
nitidez, la joven viste armadura con casco y cimera, llevando en la mano un
cetro. En la parte posterior del estandarte aparece la cabeza de un caballo
blanco, siendo el texto de la cuarteta:
Con que ya quedaste libre,
alégrate pecador
que el amor llegó a lo sumo
de este amante corazón.
Detrás
de las partes del mundo marchaba la Cruz Parroquial de Santa María, flanqueada
por cirios. Como era costumbre en Aragón pendían de ella cordones y borlas
negras. Tras ella marchaba el cabildo en pleno y el clero de la ciudad. En esta
antigua foto aún podía verse a dos sacerdotes con roquete y muceta, tras esa
cruz rodeada de monaguillos.
En la
actualidad la Cruz desfila por delante de las Partes del Mundo. No es su lugar
ya que el clero precedía al arca. Desaparecido el negro de la Liturgia, las
borlas y cordones que penden de ella son rojas, propios antiguamente de las
fiestas de mártires. Algunas veces la hemos visto acompañada de monaguillos o
monaguillas pero suele ser más frecuente que desfile sola, dado que el número
de sacerdotes ha quedado reducido a la mínima expresión y ni siquiera se puede
completar el terno que presidía el cortejo.
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