El 1 de enero de 1881 se constituyó la primera Junta del Sindicato de Riegos de Borja que iniciaba así su andadura. En vísperas de cumplirse su primer centenario y con ocasión de la feria de septiembre de 1980 se conmemoró esa efeméride a la que contribuyó nuestro Centro con la publicación de un número extraordinario de su Boletín Informativo, en el que se recogía su historia y numerosos datos que pueden ser consultados a través de la “Biblioteca Virtual” cuyo enlace aparece en el lateral del blog.
Era
entonces Presidente del Sindicato D. José María Hernández Tejero que aparece en
esta fotografía acompañado por la Reina y Damas de Honor de las Fiestas de
aquel año. La Reina era Inés Murillo Marín y las Damas Marisa Serrano Ibáñez,
Mari Carmen Celiméndiz Sanmartín y Milagros Martínez Rodrigo. En la foto, la
que falta creemos que es Mari Carmen Sanmartín.
El
salón del Sindicato estaba presidido entonces por el cuadro de la Virgen de la
Peana que, para ese fin, había sido pintado por D. Baltasar González y que, en
la actualidad, se encuentra en el patio del Museo de la Colegiata. Ante él
habían colocado dos ramos con flores y dos candeleros encendidos.
Después
de la fiesta en Santa María, el Sindicato ofreció un aperitivo al que asistió
el Sr. Alcalde D. Luis María Garriga Ortiz y el Párroco D. Felipe Villar Pérez,
inconfundible con su sotana. También estaban dos jóvenes sacerdotes D. Florencio
Garcés y D. Pascual Tornos, así como otras muchas personas, algunas de las
cuales hace tiempo que ya no están entre nosotros y el resto, transcurridos
cuarenta años, resultan difícilmente reconocibles.
El
reportaje lo realizó Foto MARVIC y merece la pena detenerse ante esas imágenes
para constatar la fugacidad de la vida y los cambios experimentados, comenzando
por lo que se ofrecía en el aperitivo. Como bebidas el primer vino embotellado
por la Cooperativa que aún no tenía marcas registradas; los refrescos eran
bitter Kas y Kas de naranja, así como la cerveza Ambar. Patatas fritas, algo de
jamón, croquetas, aceitunas y otros fritos completaban el sencillo pero
abundante refrigerio.
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