Ayer se incorporó a nuestro Centro un joven “colaborador” que viene a aliviar la falta de personal que venimos padeciendo. Aunque en principio desempeñará un importante papel el museo que estamos creando, a pesar de las dificultades, no cabe duda que, junto al pequeño Alfonso, cuidará también de nuestra sede.
Carlos,
que ese es su nombre, es alto (mide 1,85) y se caracteriza por ser
extremadamente silencioso, aunque escucha con atención todas nuestras sugerencias.
Próximamente vestirá ya el precioso uniforme que le hemos preparado y que, sin
duda, sorprenderá a los que recorran las instalaciones del museo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario