La tormenta del jueves

 

         La tormenta del pasado jueves nos sorprendió en la Casa de Aguilar, donde vivimos algunos momentos de tensión, dado que el agua entraba por las ventanas, mientras el granizo golpeaba con fuerza sobre el tejado y la claraboya de la escalera, provocando un ruido muy intenso y haciéndonos temer que si cedía volvieran a inundarse los sótanos de la casa. Afortunadamente resistió y aunque se produjeron daños en las cajas de archivo, la rápida reacción de los que allí estábamos impidió que fueran mayores.

         Los 54,8 litros que en muy corto espacio de tiempo cayeron sobre la ciudad, según relató el Sr. Alcalde a Heraldo de Aragón, convirtieron las calles en ríos, anegando garajes y sótanos. Especialmente impresionante era el aspecto de la calle Mayor como puede verse en el vídeo que nos ha enviado D. Javier Lumbreras.

         En estos momentos no tenemos noticias acerca de si se produjeron daños en los cultivos. En el casco urbano vimos desprendimientos de aleros y cornisas en la propia plaza de Aguilar y en la de Santa María. Nos ha comentado, asimismo, que se hundieron algunos edificios abandonados en la zona de la Corona y, en Santa María, donde se estaba celebrando la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el agua entró por el tejado de su capilla, cosa que nos ha sorprendido pues fue reparado hace no demasiado tiempo.

         La piedra afectó también a los árboles cuyas hojas cubrieron el pavimento como en otoño. En nuestro balcón los geranios (que estaban muy bonitos) quedaron completamente destrozados. Esperemos que se recuperen. Ayer, el sol que lució durante buena parte del día, contribuyó a secar el rastro de las aguas, dando la impresión de una aparente normalidad.