De los
templos románicos que existieron en nuestra zona, sólo han quedado restos en la
mayoría de los casos. Así ocurre en Mallén con el magnífico ábside de alabastro
que apareció embutido en los muros de actual templo. Los conservados en la
colegiata de Santa María de Borja; los aparecidos en Novillas; o los ábsides de
la antigua parroquia de San Miguel de Borja y de la ermita de San Miguel de
Talamantes.
Entre los conservados se encuentra la ermita de Ntra. Sra. de la Huerta de Fréscano y de manera especial la iglesia parroquial de la Asunción de Litago que tuvimos la oportunidad de contemplar, desde fuera, recientemente.
En su
fábrica destaca el ábside semicircular construido en mampostería con canecillos
de piedra y tres ventanales sagitales, de aspecto muy similar al de San Miguel
de Borja.
A los
pies de templo se alza la torre cuyo cuerpo inferior data del siglo XIII, al
igual que la nave central. En el siglo XVIII se le añadieron los cuerpos
superiores en ladrillo de los que, en la actualidad, sólo conserva dos dado que,
en 1917, se demolió el último cuerpo y el chapitel que lo remataba, perdiendo
la condición de ser la torre más alta de la comarca.
Los
seguidores de nuestro blog recordarán que el 18 de septiembre del pasado año
dimos la noticia de que, en las paredes del palacio de Bulbuente, había aparecido
este grafito, dibujado por “Josef Ximenez, siendo criado de este palacio. De
Litago”, en el que se representaba el aspecto de la torre, antes de la
demolición de su parte superior.
En su
fachada sur destacan una serie de cinco arcos que corresponden al antiguo
pórtico, cegado durante la importante reforma acometida en el siglo XVIII,
siendo ocupado su espacio por capillas.
No
pudimos entrar en el interior, pero hemos podido verlo a través de las
fotografías que tomó Laura Uranga con ocasión del reportaje que publicó Heraldo de Aragón, en el que estuvo
acompañada por el Sr. Alcalde. Hemos quedado impresionados al ver los sillares
utilizados en la fábrica de la nave principal, dado que anteriormente todo el
interior estaba enlucido, con un aspecto muy diferente. Es interesante,
asimismo, el conjunto de retablos entre los que destaca el retablo mayor,
realizado por Pedro Virto a mediados del siglo XVII.
El encanto de este templo se ve acrecentado porque, tras el ábside, aún conserva el antiguo cementerio (hay uno nuevo en otro lugar). Lo que era habitual en todas partes, desapareció en nuestra zona, salvo casos como éste, aunque los hemos visto en otras regiones españolas y también en el extranjero.
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