Ayer, al leer Heraldo de Aragón nos enteramos del fallecimiento del Prof. D. Ildefonso Mareca Cortés que tuvo lugar el pasado 2 de junio y del que no habíamos tenido conocimiento. Este año hubiera cumplido los 96 años. Lo hemos sentido, dado que se trataba de una personalidad relevante de nuestra comarca y uno de los principales especialistas españoles en el ámbito de la Enología.
Aunque
había nacido en Épila el 19 de octubre de 1924, siempre se consideró de
Tabuenca, localidad a la que pertenecía su familia y donde tenía casa.
Cursó
los carrera de Químico Industrial en la Universidad Complutense donde, en 1952,
se graduó como Doctor con una tesis sobre “Aportación al estudio de los mostos
sulfitados en Enología” con la que obtuvo el Premio Extraordinario del
Doctorado.
Toda
su vida estuvo dedicada al estudio del Vino. En 1949 comenzó a trabajar en el
Instituto de Fermentaciones Industriales del CSIC, del que llegó a ser Profesor
de Investigación en 1973. Cuando en 1958 fue creada la Escuela de la Vid y el
Vino, fue nombrado profesor de la misma. En 1968, ocupó la Sub-Dirección y la
Jefatura de Estudios y, en 1979, se hizo cargo de la Dirección de este
prestigioso centro en el que se formaron muchas generaciones de enólogos
españoles.
Desde
1986 pasó a trabajar en el Departamento de Industrias Agrarias de la ETS de
Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid y al año siguiente
comenzó a dirigir en la Estación Enológica y en la Facultad de Ciencias de
Zaragoza el proyecto “Influencias climáticas y socio-económicas en la
composición de las uvas y los vinos de Aragón”.
Autor
de varios libros y artículos que hemos ido reuniendo en nuestro Centro, entre
los que destacan Enología y Origen, composición y evolución del vino,
ambos publicados por Editorial Alhambra. Su labor docente queda reflejada en el
hecho de que dirigió, al menos, once tesis doctorales.
Fue
miembro de la Asociación Nacional de Enólogos, desempañando su Presidencia
entre 1967 y 1980. Miembro de la Unión Internacional de Enólogos de la que fue
elegido Vice-Presidente en 1965 y 1980. Académico correspondiente de la
Academia italiana de la Vid y del Vino; Caballer
Confraire d’Honor de Confraria dels Vins de Cava de Sant Sadurni y Académic d’Honor de la Academia de Testavins
San Humbert de Vilafranca del Penedés, en 1963 fue galardonado con la
Medalla de Bronce de la Commissión
Internationale des Industries Agricoles et Alimentaires y en 1965 recibió
la Medalla de Plata de la Association de
Chimistes et Ingénieurs des Industries Agricoles et Alimentaires. En 1966
le fue otorgado el Premio Nacional de Investigación en equipo del CSIC y, en
2001, la Medalla de Oro de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos.
Estaba en posesión de la encomienda de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio y
era caballero de la Orden del Mérito Agrícola.
Quienes
han glosado estos días su figura, ponían de manifiesto su sencillez, el amor a
su familia y a su tierra, destacando esa imagen de la Virgen del Pilar que
presidía su despacho.
Nosotros
recordamos su contribución a la mejora y promoción de nuestros vinos en años ya
lejanos en los que preparó un proyecto para la planta embotelladora que se
pretendía crear con capital privado y para la que llegó a elaborar un tinto.
Asimismo, debemos destacar su pasión por la Pintura, siendo autor de muchas
obras realizadas con gran oficio y destreza, como señalamos en la reseña que
incluimos en nuestro Diccionario
Biográfico.
Al
darle el adiós definitivo queremos hacer llegar a todos sus familiares nuestros
sentimientos de condolencia al mismo tiempo que volvemos a recordar la
importancia de un científico destacado para la Enología española y un hombre
bueno que amó a nuestra comarca y cuyos restos reposan ya en Tabuenca.
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