A
partir de la década de los años 80 del pasado siglo la práctica totalidad de
los olmos de la península ibérica desaparecieron como consecuencia de la pandemia
de la grafiosis, una enfermedad provocada por un hongo de origen asiático pero
que llegó desde los Países Bajos. Son rarísimos los que lograron sobrevivir,
hasta el punto de que la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de
Madrid puso en marcha un programa
encaminado a localizarlos para favorecer la reimplantación de esta especie en
España.
Durante nuestra visita a Bureta nos mostraron este ejemplar que los expertos deberán precisar a qué especie pertenece pero que, en cualquier caso es un árbol monumental que tendrá que ser incluido en ese inventario que está preparando José Luis Garde.
No lo medimos
pero, comparándolo con el joven fotografiado a su lado, podemos hacernos idea
de las dimensiones de su tronco y de su envergadura.
Situado
en un soto de las orillas del Huecha, nos dijeron que era de propiedad particular,
lo que no debe ser obstáculo para su catalogación y para alguna actuación encaminada
a mejorar su estado, dado que se han desprendido algunas ramas, probablemente “ahogadas”
por la hiedra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario