Nada más atravesar el arco de San Francisco se accede a la calle del mismo nombre, al inicio de la cual se encuentra el antiguo palacio de los Lázaro que, todavía, continúa en poder de sus descendientes, los cuales lo han restaurado recientemente. Entre los reposteros que adornaban sus balcones se encontraba uno con las armas de la familia Lázaro.
En
la puerta del palacio esperaban el paso del cortejo, para incorporarse al
mismo, Pedro Lázaro y su esposa, personajes interpretados por un ilustre edil
borjano y por una destacadísima modista de nuestra ciudad que, actualmente,
prosigue su formación en la ciudad condal.
En
otro palacio de la misma calle, donde el primer día se celebró un concierto,
los miembros de la familia Blasco esperaban a los soberanos en los balcones
decorados con sus efigies. Había también otras cosas muy bien adornadas, al
igual que ocurría en todo el trayecto por el que discurrió la recreación.
De
la magnitud del cortejo y del elevado número de personas que lo integraban dan
idea estas imágenes de la calle que no es, precisamente, de las más cortas de
la ciudad, a pesar de lo cual no podía dar cabida a todos los grupos.
Cuando
los Reyes llegaron a la altura del palacio de los Blasco, gritaron vítores en
su honor y, a falta de flores, dado lo
avanzado de la estación, les arrojaron hojas de laurel, mientras los
monarcas saludaban muy complacidos, dirigiéndose a la plaza del Olmo donde iba
a tener lugar una nueva escena de la recreación.
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