viernes, 7 de enero de 2022

Una cabalgata diferente

 


         En la tarde del 5 de enero SS. MM. Los Reyes Magos llegaron a nuestra ciudad en medio de grandes medidas de seguridad, dado que, a pesar de la pandemia, el Ayuntamiento decidió no privar a los niños de una visita tan esperada. Por ese motivo, habían sido distribuidas unas normas de “obligatorio cumplimiento” en las que se disponía que “durante el recorrido de la cabalgata, las personas que estén viéndola en cualquiera de las calles, deberán permanecer por núcleos familiares, guardando 1,50 m de distancia de seguridad y mascarilla”.




         Poco después de las seis y media, la cabalgata partió de la calle Barbalanca para llegar a la avenida de Cervantes por la carretera de Cortes. Como ya se había advertido, el número de carrozas era menor y en ellas no había niños. Tampoco desfilaron las bandas, siendo sustituidas por la música “enlatada” en la primera de las carrozas.



         Los que sí lo hicieron fueron los gigantes y cabezudos; estos últimos portando unos globos luminosos. Esperaban en el parque para incorporarse a la comitiva.




         Menos carrozas, pero mucho más bonitas las que hemos visto este año, en el que evidentemente de ha hecho un gran esfuerzo y el que no contaran con el habitual acompañamiento infantil, no les ha restado brillantez.





Tras el portal de Belén y la estrella que los guiaba, llegaron las carrozas de los Reyes, también renovadas este año, menos aparatosas que las de ocasiones anteriores, pero con rótulos que permitían su fácil identificación.


         Ya en la plaza de España, no hubo recepción oficial, ni discursos. Los niños, formados en tres filas, pasaron a saludar y recoger los regalos, sin acceder al escenario, como en ocasiones anteriores, ni tener contacto directo con SS. MM.






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