domingo, 23 de abril de 2023

Alfonso Marco en la Casa de Aguilar


         Un buen número de personas, procedentes de varios países, se dieron cita en la Casa de Aguilar, en la tarde del pasado viernes, para asistir a la conferencia que D. Alfonso Marco pronunció sobre el llamado “ferrocarril de los sueños”, la línea que enlaza a la capital de la antigua Yugoslavia, Belgrado, con el Adriático, en las orillas de Bar, ahora en la República de Montenegro.  


         El conferenciante fue presentado por nuestro Presidente, quien destacó su dilatada trayectoria como investigador en el ámbito ferroviario, pero también como historiador especializado en la península de los Balcanes y en los diferentes conflictos que la tuvieron como escenario. Recordó otras intervenciones suyas sobre esa cuestión, así como las numerosas colaboraciones con nuestro Centro en temas relacionados con el legendario ferrocarril de Cortes a Borja.


         No menos interesante es el ferrocarril que protagonizaba su nueva intervención, cuya construcción, iniciada en 1952, no finalizó hasta 1976 tras convertirse en una cuestión de prestigio nacional, impulsada por el mariscal Tito, a la que llegó a unir a diferentes sectores de la sociedad que llegaron a contribuir económicamente al desarrollo de las obras.

 



         Alfonso Marco que ha hecho ese viaje en varias ocasiones habló, con el conocimiento que proporcionaba su experiencia, de esa línea de 455 kilómetro que cuenta con 254 túneles y 435 puentes y viaductos.

         Fue dando detalles de los diferentes tramos que atraviesan parajes de gran belleza: De Belgrado a Valjevo y Uzice; de Uzice a Zlatibor, pasando por el valle del Drina y el parque nacional Tara, así como de las ciudades de Mokra Gora y la propia Zlatibor; tras un corto trayecto por Bosnia, el ferrocarril se adentra en Montenegro, por la zona más abrupta, para llegar a los valles del Tara y del Moraca, antes de llegar a la capital montenegrina, Podgorica, cruza el viaducto de Mala Rijeka, el más alto de Europa y, hasta 2001, el más alto del mundo. Después, atraviesa el lago de Skadarsko y el túnel de Sozina (de 6,1 kilómetros) para llegar a la estación de destino.



         Este tren, que fue un símbolo para la antigua Yugoslavia, llegó a efectuar el recorrido en seis horas, con una frecuencia de seis trenes al día. Hoy, la línea está bastante degradada y se invierten diez horas en los dos únicos trenes diarios que han quedado: el “Tara” y el “Lovcen”.

 



         A pesar de ello, es un viaje que merece la pena, por la belleza del recorrido y las excelentes condiciones económicas con las que puede realizarse. No es de extrañar, por lo tanto, que los asistentes plantearan la posibilidad de organizar una expedición desde Borja.

 


         Al finalizar la conferencia, que fue muy aplaudida, los asistentes fueron obsequiados con un refrigerio ofrecido por nuestro Presidente, que se prolongó hasta una hora avanzada.

       

 

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