Durante el pasado Foro de Asociaciones
que, organizado por Hispania Nostra, tuvo lugar en Badajoz, hubo una visita
programada a la finca “La Cocosa”, propiedad de la Diputación Provincial, que
resultó sumamente interesante al haber podido conocer la labor que allí se
realiza.
Se trata de una finca gestionada por el Área de Desarrollo Rural y Sostenibilidad de Diputación de Badajoz en la que se encuentra ubicado el Centro de Capacitación en Sostenibilidad y Educación Ambiental (CSEA) de la Diputación Provincial.
El trabajo en esa finca constituye el
apoyo de Diputación de Badajoz al mantenimiento de la ganadería autóctona de la
provincia, y su contribución al mantenimiento de una raza ovina (merina negra)
y porcina (lampiño) en peligro de extinción.
Pudimos conoces las razones por las que esta raza de ovejas se encuentra a punto de desaparecer (sólo existen alrededor de 3.000 ejemplares en España), a pesar de la excelente lana que produce. Una de ellas es el color negro de la misma, ya que la preferida por la industria es la lana blanca, tanto por su color en sí, como por la facilidad que tiene para ser teñida, en función de los gustos de la moda.
Los cerdos de variedad “ibérico lampiño”, se caracterizan por
la ausencia de pelo, o por un pelo escaso y fino, dejando numerosos pliegues
cutáneos, sobre todo en la región frontal. La piel es delgada y el color de su
capa presenta diferentes tonalidades, desde un negro intenso hasta una
tonalidad más clara similar a la pizarra.
Se trata de una raza poco evolucionada, por lo que su ritmo
de crecimiento hasta alcanzar la edad adulta es mucho más lento que en el caso
de otras variedades de ibérico. Además, su índice de conversión es igualmente
menor, requiriendo más alimento para producir un kilo de carne, y el número de
ejemplares nacidos por camada es también inferior al de otras razas de ibérico.
Todo ello hace que los costes de cría y producción sean más elevados. Por ese
motivo, los ganaderos prefieren otras razas mucho más rentables.
La finca donde la Diputación de Badajoz
preserva a estas variedades tiene una superficie de 610,18 hectáreas de las que
la mitad son de terreno adehesado en el que se crían las ovejas y los cerdos de
esas especies. El resto de la superficie son tierras que pueden ser cultivadas.
Durante el recorrido por la finca,
pudimos contemplar de cerca los grandes verracos encargados de cubrir a las
hembras que cada uno tiene asignadas, proceso que llamó la atención a alguno de
los miembros del grupo, no acostumbrado a la forma de actuar los machos en la
Naturaleza.
Junto al Centro de Recepción de
Visitantes se estaba acondicionando un “Jardín Etnobotánico”, aún no
inaugurada, pero del que pudimos conocer sus características principales.
Dentro de la finca existe una villa
romana, que ha sido excavada, constituyendo otro de los alicientes de ese espacio
privilegiado. No pudimos llegar a visitarla, pero el recorrido por el resto de
las instalaciones constituyó una grata experiencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario