martes, 25 de abril de 2023

Una escritora del Siglo de Oro, relacionada con Mallén

 

         El Vicesecretario de nuestro Centro, D. Juan María de Ojeda Castellot, siempre atento a las novedades culturales que tienen lugar en toda España, nos ha facilitado información sobre la puesta en escena, por la Compañía Nacional de Teatro Clásico de la obra Valor, agravio y mujer, bajo la dirección de Beatriz Argüello.



         La autora de esta obra es Ana Caro de Mallén (1590-1646) una dramaturga que alcanzó renombre en uno de los momentos cumbre de la Literatura española, a pesar de lo cual su biografía no es suficientemente conocida y en repertorios tales como el Diccionario de la Real Academia de la Historia o en Wikipedia se deslizan errores e inexactitudes.

         La presencia del topónimo “Mallén” en su identidad nos intrigó desde el primer momento y, en las investigaciones realizadas para conocer la razón de ello, hemos podido constatar que uno de los mejores trabajos sobre ella es el que, con el título “Ana María Caro Mallén de Torres: una esclava en los Corrales de Comedias del siglo XVII”, del que es autora Juana Escabias, de la Escuela de Arte Dramático del Ayuntamiento de Madrid (disponible en Internet).

 

         El apellido “Caro de Mallén” surgió en la localidad de Lora del Río a mediados del siglo XVI, por el matrimonio de dos miembros de las familias “Caro” y “Mallén”. En este último caso, los investigadores no tienen dudas de que procedían de la localidad de nuestra comarca, habiendo llegado a Lora, con ocasión de su reconquista en tiempos de Fernando III el Santo (1237).

         Cabe preguntarse acerca de la presencia de una persona, procedente de Mallén, en tierras tan lejanas, participando en una empresa castellana. Pero, Lora del Río fue tomada por la Orden de San Juan de Jerusalén, a la que también pertenecía Mallén, y la recibió en propiedad. No es extraño, por lo tanto, que, bien en el momento de la conquista o algún tiempo después, se asentará allí un caballero aragonés. Más llamativo es el hecho de la persistencia de ese apellido durante más de tres siglos.


         En cualquier caso, en 1569, nació en Lora D. Gabriel Caro de Mallén quien, tras cursar la carrera de Derecho, se estableció en Granada donde, siendo procurador de la Real Audiencia, contrajo matrimonio con Dª. Ana María de Torres en 1596. Cuatro años después tuvieron a su primer hijo, Juan, bautizado en la catedral el 7 de marzo de 1600.

 

         Un año después, fue bautizada Ana María, de la que se indica en su partida de Bautismo que era “esclava de Gabriel Mallén”. Es indudable, por lo tanto, que era esclava, aunque cabe la posibilidad de que lo fuera desde su nacimiento en la casa o procediera de las Alpujarras, siendo tomada tras la rebelión de los moriscos. Su bautismo, tras el nacimiento de Juan, parece indicar que, como era preceptivo, el matrimonio tuviera que esperar a tener descendencia legítima para adoptarla.

         Pero, lo cierto es que ofrecieron a la niña (que sería de corta edad) una esmerada educación. La madre murió en 1606 y el padre, que solo tenía en aquel momento 37 años, contrajo nuevo matrimonio con la granadina Dª. Alfonsa de Loyola, con la que tuvo otro hijo, al que también llamaron Juan, que profesó como dominico y con el nombre de fray Juan Mallén marchó a Filipinas. 


         Fray Juan Mallén profesó en el convento de San Pablo el Real de Sevilla y, hasta esa ciudad, se trasladaron a vivir D. Gabriel y su segunda esposa Dª. Alfonsa, junto con Ana María. El hermano mayor, Juan Caro de Mallén, no les acompañó, pues se había casado ya en Granada.

 

         Fray Juan Mallén profesó en el convento de San Pablo el Real de Sevilla y, hasta esa ciudad, se trasladaron a vivir D. Gabriel y su segunda esposa Dª. Alfonsa, junto con Ana María. El hermano mayor, Juan Caro de Mallén, no les acompañó, pues se había casado ya en Granada.

 


         Ana María falleció en 1646, a consecuencia de la peste que asoló a la ciudad. Residía en la plaza de la Rabeta (hoy de Godinez), muy cerca de la Real Parroquia de Santa María Magdalena, trasladada en el siglo XIX a la antigua iglesia conventual de los dominicos.

 


         Junto con su recuerdo, nos han quedado varias de las obras de esta notable escritora que llevó el apellido de Mallén y cuyo padre adoptivo procedía, sin duda, de esta villa aragonesa.



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