Se ha convertido ya en una tradición de Ambel la representación de un Belén viviente, en ese precioso marco que es el de la plaza de San Miguel, ahora mucho más hermoso, tras la restauración de fachada de su iglesia parroquial.
Con la participación de un buen número
de personas, grandes y pequeñas, y ante la mirada de otras muchas, a lo largo y
ancho de la plaza se distribuyen una serie de grupos, entre los que no faltan
los pastores, con sus ovejas, calentándose al amor de la lumbre, las vendedoras
ofreciendo sus productos o el pozo.
En torno a la plaza se representan diversas
escenas, como la realización del censo y la búsqueda de alojamiento por parte
de San José y la Virgen, o la llegada de los Magos al palacio de Herodes. Este
año se ha incorporado la representación de la Anunciación.
Nos han llegado también fotografías de alguno de los intervinientes en la representación: pastoras, reyes, ángeles y romanos, entre otros.
Al final todos posaron junto al portal
instalado en un rincón de la plaza, antes de partir a sus domicilios para
celebrar la tradicional cena de Nochebuena.
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