Si preguntáramos a alguno de los miembros jóvenes de nuestras familias quien había reinado antes en España, Alfonso XII o Alfonso XIII, lo más probable es que acertaran, por razones obvias, aunque sin poder fijar con exactitud los períodos en los que reinaron.
Pero, más difícil les resultaría saber
si Felipe V fue anterior o posterior a Alfonso XI, dado que el estudio de
nuestra historia ha quedado circunscrita, en la mayoría de las ocasiones, a una
versión distorsionada de la época contemporánea.
Y, sin embargo, conocer la historia es
importante para nuestra propia ubicación temporo-espacial, como quedó
demostrado en un país vecino, tras la supresión de la misma en sus planes de
estudio, obligando a reintroducirla. Algo parecido a lo que ocurre con el
despreciado latín que, para algunos, resultaba fundamental para la
estructuración de la mente y la capacidad de razonar, así como para entender
muchos aspectos de nuestro propio idioma.
De ahí que obras, como la que hemos incorporado
a nuestra biblioteca por indicación de nuestra asesora literaria, puedan ser de
especial utilidad. Lleva por título La historia contada con líneas de tiempo.
No es una obra académica, en el sentido
habitual, sino que responde a un fin divulgativo en el que, de una manera
visual, va mostrando la historia como una sucesión de hechos, a lo largo de una
línea, jalonada por los episodios más relevantes.
Junto con un recorrido por la Historia
de España, desde la Prehistoria, también ofrece información sobre los más diversos
países, por lo que puede ser de gran utilidad para los que pretendan tener una
visión global, antes de profundizar en aquellos aspectos que consideren de
interés para ellos.
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