La verdadera identidad de la gran soprano Matilde de Lerma ha sido hasta ahora objeto de controversia que, desde este Centro, contribuimos a alimentar como consecuencia de la reseña que a ella le dedicó nuestro Presidente, en su Diccionario Biográfico, con datos completamente equivocados que, sin embargo, fueron acogidos con entusiasmo por otros “investigadores”, a pesar de que fueron corregidos en este blog, tras la comunicación recibida de un familiar de la cantante.
A raíz de ello, pudimos establecer su
verdadera identidad y su relación con Borja. Todo ello, se ha visto corroborado
e incrementado con la notable aportación de D. Víctor Asensio Román, en el número
6 de la revista Vida Alagonesa y con una carta suya que, con el título
de “Matilde de Lerma, una cantante olvidada” insertó Heraldo de Aragón
el 19 de marzo de 2023.
Comoquiera que el asunto es de interés
para todos, hemos querido volver a recordar aquí el origen de nuestro error y
los pasos seguidos hasta poder completar la identidad de Matilde, con la
esperanza de que quienes copiaron lo que erróneamente difundimos puedan modificar
también sus datos.
El error de nuestro
Presidente comenzó, cuando encontrándose elaborando el primer tomo de su Diccionario
Biográfico, localizó un artículo que D. Francisco Oliván Bayle había
publicado en Heraldo de Aragón, el 11
de junio de 1978, con el título “Baltasar González, pintor del pueblo”, en el
que afirmaba que, entre las obras del ilustre pintor borjano, figuraba un
retrato de Matilde de Lerma, bautizada, según ese autor, en la parroquia de San
Bartolomé de nuestra ciudad, en 1875.
Lógicamente, a la vista de
esa información, suponiendo que “Matilde de Lerma” sería su nombre artístico,
procedió a revisar los registros de Bautismos de la citada parroquia, correspondientes
al año 1875, encontrando el de una niña llamada Diega Lajusticia Sánchez,
bautizada el 12 de noviembre de 1875, al margen del cual se hacía constar:
“Contrajo matrimonio el 15 de julio de 1916 en la parroquia de San Jerónimo el
Real de Madrid con D. Francisco Turón Alcober. Testigos: Francisco Cetina y
Agustina Lajusticia Sánchez”. El que una joven borjana de humilde procedencia
llegara a casarse en la iglesia de los Jerónimos de Madrid, fue lo que indujo a
pensar que se trataba de la verdadera identidad de Matilde de Lerma, cuyos
apellidos desconocíamos.
Así surgió el error de la falsa
identidad de Matilde que, sin embargo, fue acogido con entusiasmo por otros “investigadores”.
Hubo uno que se presentó en Borja, proponiendo rendir un homenaje a la
cantante, tras haber “descubierto” que había nacido en nuestra ciudad. Se dio
la circunstancia de que nuestro Presidente había sido convocado a esa reunión
por el Alcalde, comprobando con asombro que la única referencia que había utilizado
el proponente era su Diccionario, lo que motivó su retirada de la reunión y la
renuncia del Centro a colaborar en ese homenaje que llegó a realizarse, en mayo
de 2007, con un concierto en el Teatro Cervantes, en cuya fachada se descubrió
una placa, en la que, por si acaso, no se mencionaba expresamente su origen
borjano. Poco después, el Ayuntamiento le dedicó una calle en la urbanización “Peñas
de Herrera”.
Fue, precisamente, años después, cuando
al preparar un artículo para este blog sobre lápidas en nuestras calles, que
apareció publicado el 9 de junio de 2012, cuando encontramos la esquela que
reproducimos, correspondiente al fallecimiento del Dr. D. Ricardo Noya López, acaecida
en 1956, que estaba casado con Dª. Adela Benito Ferrández. En ella, aparecía
Matilde de Lerma, como “hermana política” del difunto, lo que significaba o que
era hermana de la viuda o estaba casada con un hermano del fallecido. El que se
designase con el nombre artístico, seguía sin aclarar su verdadera identidad.
Pero, un año después, un hijo del Dr.
Noya se puso en contacto con nosotros, para aclararnos que Matilde de Lerma era
hermana de su madre y que, por lo tanto, sus apellidos era Benito Ferrández,
siendo hija de Gerardo Benito Segura y de Gaudiosa Ferrández Pasamar, aunque
seguíamos ignorando su nombre real y el lugar de nacimiento.
A partir de esos datos, investigamos en
los archivos parroquiales de Borja, pudiendo constatar que Gaudiosa Ferrández
Pasamar había sido bautizada en la iglesia parroquial de San Miguel el 3 de
noviembre de 1853, siendo hija de Pedro Ferrández Murillo y de María Pasamar
Sola, ambos nacidos en nuestra ciudad. No fue la única hija del matrimonio,
pues en los registros de las tres parroquias hemos encontrado los
correspondientes a Juliana (1836), Camilo (1838), Carlos (1840), Juliana
(1843), Justa (1845), María (1847), la citada Gaudiosa (1853), Rufino (1856) y
Modesta Jerónima (1859). Los dos primeros fueron bautizados en Santa María, los
cuatro siguientes en San Bartolomé y los tres menores en San Miguel, lo que
guarda relación con los cambios de domicilio de la familia durante aquellos
años.
Lo que no pudimos encontrar fue el
registro del bautizo del padre, por lo que afirmamos que cabía suponer que no
era de Borja. Tampoco pudimos localizar el matrimonio ni los bautismos
correspondientes a ninguno de los hijos.
Pero sí encontramos un dato importante
que enlazaba con el origen de esta investigación: el registro del bautismo de
Dª. María del Carmen Ferrández Inaga, que era hija de Camilo Ferrández Pasamar,
uno de los hermanos mayores de la madre de Matilde de Lerma. Comoquiera que
María del Carmen se casó con el pintor D. Baltasar González, ello explica el
origen de ese retrato de la que, en definitiva, era su sobrina, al que hicimos referencia
al inicio de este artículo.
Corresponde a D. Víctor Asensio Román,
como hemos señalado, el mérito de haber resuelto las incógnitas existentes en
torno a Matilde de Lerma, con un artículo titulado “Los orígenes alagoneses de
Matilde de Lerma: nuevas aportaciones documentales sobre los Benito, una
familia de músicos”, por que el padre de Matilde era natural de Alagón.
En ese artículo dio a conocer la
partida de bautismo de Matilde, nacida en 18 de abril de 1876 en la capital de
España, siendo bautizada al día siguiente en la parroquia de San Sebastián con
los nombres de Matilde Engracia.
Tuvo cuatro hermanos: Adela que contrajo matrimonio con el citado Dr. D. Ricardo Noya López, un famoso otorrinolaringólogo; Manuel, casado con Concepción López Cosmen; Mercedes, casado con el abogado José Olaíz; y Julia.
En el artículo se explica también la
razón del nombre artístico de “Matilde de Lerma”. Matilde era el suyo, pero “Lerma”
era el apellido de su bisabuela María Lerma Aparicio, que había casado en
Alagón con Dámaso Benito Martínez.
Otro miembro de la familia también emparentó
en Borja (a ellos nos referiremos otro día) y hubo al menos otros dos músicos
destacados en la misma, a uno de los cuales incluimos en nuestro Diccionario,
sin conocer su relación con Matilde de Lerma.
No es el momento de volver a recordar
la brillante trayectoria artística de Matilde que triunfó en todos los
escenarios y que, en 1910, recibió la Medalla de Oro de la ciudad de Zaragoza.
Lo recordó D. Víctor Asensio en Heraldo de Aragón, así como vinculación con
Cercedilla, localidad que eligió para sus vacaciones.
La revista Mundo Gráfico,
insertó en 1935, una crónica en la que, refiriéndose a esa localidad de la
sierra madrileña afirmaba que “Este pintoresco pueblo, era el escogido, para
pasar el verano, por grandes celebridades como el premio Nobel D. Santiago Ramón
y Cajal, el compositor D. Emilio Serrano, la diva Matilde de Lerma o el
celebérrimo pintor Joaquín Sorolla que se construyó un “cómodo hotel”.
Sin embargo, en septiembre de 1938, en
la Gaceta de la República apareció un decreto del Ministerio de
Agricultura por el que Matilde de Lerma (con su nombre artístico y no con el
real) era clasificada “entre los enemigos del Régimen y comprendidos en el
Grupo de insurrectos”, siéndole expropiados sus bienes en Cercedilla.
No sabemos dónde se encontraba en esos
momentos, ni las razones para esa decisión. Tampoco conocemos lo acaecido tras
la guerra, pero según Víctor Asensio, tras retirarse de los escenarios en 1920,
se dedicó a la enseñanza del canto y a obras de caridad, hasta su fallecimiento
en Madrid, el 21 de noviembre de 1971, con 95 años, prácticamente olvidada.
Su sobrino nos remitió en su momento la
nota sobre el lugar de su enterramiento en el cementerio de la Almudena de Madrid,
en donde aparece registrada por error como “Matilde Benito Fernando”, inhumada
el 22 de noviembre de 1971 en una sepultura, propiedad de D. Juan José Machín
Aguirregoitia en la que estaban sepultados Mercedes Muñiz Arias y Baltasar Ramos
Dorado, de los que ignoramos su relación con la artista.
Aunque podrían aparecer más datos,
especialmente de su última época, creemos que con nuestras aportaciones y las de
D. Víctor Asensio, queda perfectamente perfilada la identidad de Matilde de
Lerma y su relación con Borja y Alagón. Ojalá pudiera llegar a localizarse el
retrato que, en su día, le pintó su tío D. Baltasar González.
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