En las afueras de Monflorite (Huesca) se encuentra la ermita de Nuestra Señora de los Dolores que, en realidad, corresponde a los restos de la iglesia de un antiguo convento de mercedarios que hubo en ese lugar desde 1264. La ermita ocupa lo que fue cabecera de aquella iglesia románica, en cuyo ábside aún quedan restos de pinturas murales.
Ahora, en el exterior del ábside, han
aparecido unas pintadas y el alcalde de la localidad D. Jesús Manuel López, no
ha vacilado en presentar ante la Guardia Civil la correspondiente denuncia,
teniendo en cuenta que la ermita está declarada Bien de Interés Cultural,
habiendo comenzado ya la investigación para localizar a los responsables de ese
acto vandálico.
En Zaragoza también preocupa el
problema de las pintadas, que proliferan por todas partes, y no hace mucho se
puso en marcha un plan especial para limpiarla, lo que ha supuesto una
importante inversión.
Pero, lo más interesante es que la
constante vigilancia de la Policía Municipal ha logrado la detención de algunos
de los autores, tarea no siempre sencilla, pero que exige constancia y hasta la
creación de un banco de datos, ya que en muchas ocasiones las pintadas aparecen
firmadas o responden a características similares.
Nos gustaría que, en otros lugares con
Bienes de Interés Cultural, sean monumentos y conjuntos, se adoptaran medidas
similares o, al menos, se interpusieran las correspondientes denuncias cuando
se detecta la aparición de nuevas pintadas.
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