martes, 9 de enero de 2024

Un ilustre agustino nacido en Fréscano

 

         A pesar del cuidado que pusimos a la hora de elaborar nuestro Diccionario Biográfico, fue inevitable que se deslizaran errores, parcialmente corregidos en el volumen III, pero también omisiones, como la que ahora nos acaba de señalar D. Raúl Rivarés: la del religioso agustino nacido en Fréscano, P. Pío Mareca de la Concepción, que, por su importancia, cuenta incluso con una entrada en la Enciclopedia Espasa.


         Gracias a la página oficial de la orden de Agustinos Recoletos, hemos podido conocer datos de su biografía. Pío Mareca Landa había nacido en Fréscano el 11 de julio de 1825 y, tras cursar estudios eclesiásticos en los seminarios de Huesca y Zaragoza, decidió profesar con agustino recoleto en el convento de Monteagudo, donde emitió sus votos en agosto de 1846, añadiendo a su nombre el de “la Concepción” .

 

         Comoquiera que su formación eclesiástica era ya avanzada, pudo ser ordenado sacerdote, en 1848, por el obispo de Pamplona D. Severo Leonardo Andriani Escofet (1774-1861), que era Administrador Apostólico de la diócesis de Tarazona.

         Esta circunstancia nos sirve para recordar aquella terrible etapa para la Iglesia española, sometida al acoso de los gobiernos liberales. La sede turiasonense, tras el fallecimiento de D. Jerónimo Castillón y Salas, en 1835, estuvo vacante durante 13 años, al igual que otras españolas.

         Por lo que respecta a D. Severo Andriani, aunque nacido en Barcelona, pertenecía a una familia oriunda de Grecia. Su padre fue Gobernador Militar de Huesca y él quiso seguir la carrera de su progenitor, sirviendo como Guardia de Corps, hasta que decidió hacerse sacerdote y, tras cursar la carrera eclesiástica, fue ordenado en 1800. Ejerció como canónigo en Gerona y luego en Huesca, ciudad en la que se doctoró en Derecho Canónico y fue profesor de su universidad. Nombrado obispo de Pamplona de 1830, tuvo que padecer el acoso de los sucesivos gobiernos, dada su ferviente defensa de las tesis absolutistas, llegando a ser desterrado en varias ocasiones.

 

         El P. Pío Mareca, tras ejercer como profesor en Monteagudo, fue enviado a Manila en 1860. Esta es la imagen del convento que los agustinos tenían intramuros de la ciudad, el cual quedó completamente destruido en 1945, durante los violentos combates entre japoneses y americanos.

 

         En Manila, el P. Pío consolidó su fama de gran orador, siendo memorables los sermones que predicó, en varias ocasiones, en la iglesia de San Sebastián de la capital filipina. Pero, en 1861, tuvo que regresar a España al haber sido nombrado rector del convento de Monteagudo, siendo luego profesor en el convento de Marcilla.

 


         En 1877, se decidió que los estudios que se realizaban en Monteagudo, incluyeran también las Ciencias Naturales y la Física, siendo enviado a París el P. Pío donde adquirió diversos instrumentos para los laboratorios de Física y Química, algo digno de ser resaltado pues estamos ante un sorprendente avance en la formación de los religiosos agustinos.

 


         Creo también un museo de Ciencias Naturales, cuyas piezas se conservan, al igual que muchos de aquellos aparatos comprados en París.

 

         Este ilustre hijo de Fréscano falleció en Monteagudo el 19 de agosto de 1899. Su recuerdo permanece vivo en la orden, por sus grandes dotes como orador sagrado y competente profesor en diversas materias. Sorprendentemente no llegó a publicar ninguna obra, aunque llegó a preparar una monumental Teología Dogmática que no llegó a ver la luz.

         Gracias a D. Raúl Rivarés, hemos podido dar a conocer la figura de este religioso de nuestra comarca, que no conocíamos y al que, posiblemente, en Fréscano su memoria se haya desdibujado.



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