A pesar del cuidado que pusimos a la hora de elaborar nuestro Diccionario Biográfico, fue inevitable que se deslizaran errores, parcialmente corregidos en el volumen III, pero también omisiones, como la que ahora nos acaba de señalar D. Raúl Rivarés: la del religioso agustino nacido en Fréscano, P. Pío Mareca de la Concepción, que, por su importancia, cuenta incluso con una entrada en la Enciclopedia Espasa.
Gracias a la página oficial de la orden
de Agustinos Recoletos, hemos podido conocer datos de su biografía. Pío Mareca
Landa había nacido en Fréscano el 11 de julio de 1825 y, tras cursar estudios
eclesiásticos en los seminarios de Huesca y Zaragoza, decidió profesar con
agustino recoleto en el convento de Monteagudo, donde emitió sus votos en
agosto de 1846, añadiendo a su nombre el de “la Concepción” .
Comoquiera que su formación eclesiástica
era ya avanzada, pudo ser ordenado sacerdote, en 1848, por el obispo de
Pamplona D. Severo Leonardo Andriani Escofet (1774-1861), que era Administrador
Apostólico de la diócesis de Tarazona.
Esta circunstancia nos sirve para
recordar aquella terrible etapa para la Iglesia española, sometida al acoso de
los gobiernos liberales. La sede turiasonense, tras el fallecimiento de D.
Jerónimo Castillón y Salas, en 1835, estuvo vacante durante 13 años, al igual
que otras españolas.
Por lo que respecta a D. Severo
Andriani, aunque nacido en Barcelona, pertenecía a una familia oriunda de Grecia.
Su padre fue Gobernador Militar de Huesca y él quiso seguir la carrera de su
progenitor, sirviendo como Guardia de Corps, hasta que decidió hacerse
sacerdote y, tras cursar la carrera eclesiástica, fue ordenado en 1800. Ejerció
como canónigo en Gerona y luego en Huesca, ciudad en la que se doctoró en
Derecho Canónico y fue profesor de su universidad. Nombrado obispo de Pamplona
de 1830, tuvo que padecer el acoso de los sucesivos gobiernos, dada su
ferviente defensa de las tesis absolutistas, llegando a ser desterrado en
varias ocasiones.
El P. Pío Mareca, tras ejercer como
profesor en Monteagudo, fue enviado a Manila en 1860. Esta es la imagen del
convento que los agustinos tenían intramuros de la ciudad, el cual quedó completamente
destruido en 1945, durante los violentos combates entre japoneses y americanos.
En Manila, el P. Pío consolidó su fama de gran orador, siendo memorables los sermones que predicó, en varias ocasiones, en la iglesia de San Sebastián de la capital filipina. Pero, en 1861, tuvo que regresar a España al haber sido nombrado rector del convento de Monteagudo, siendo luego profesor en el convento de Marcilla.
En 1877, se decidió que los estudios
que se realizaban en Monteagudo, incluyeran también las Ciencias Naturales y la
Física, siendo enviado a París el P. Pío donde adquirió diversos instrumentos
para los laboratorios de Física y Química, algo digno de ser resaltado pues estamos
ante un sorprendente avance en la formación de los religiosos agustinos.
Creo también un museo de Ciencias
Naturales, cuyas piezas se conservan, al igual que muchos de aquellos aparatos
comprados en París.
Este ilustre hijo de Fréscano falleció
en Monteagudo el 19 de agosto de 1899. Su recuerdo permanece vivo en la orden,
por sus grandes dotes como orador sagrado y competente profesor en diversas
materias. Sorprendentemente no llegó a publicar ninguna obra, aunque llegó a
preparar una monumental Teología Dogmática que no llegó a ver la luz.
Gracias a D. Raúl Rivarés, hemos podido
dar a conocer la figura de este religioso de nuestra comarca, que no conocíamos
y al que, posiblemente, en Fréscano su memoria se haya desdibujado.
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