Detrás de toda actividad hay un esfuerzo de preparación que no se suele ver. Hacía poco que había amanecido cuando vimos ayer al Presidente de la cofradía de San Antón cuando, en compañía de otro miembro de la misma, transportaba los roscones que, poco después, iban a ser bendecidos en la iglesia. Los llevaban cubiertos, dado que estaba cayendo una fina lluvia y algo parecido ocurrió la noche anterior con las patatas que se distribuyeron en la plaza del Mercado.
En relación con ese acto, debemos hacer
una matización. En nuestra crónica afirmábamos que habíamos podido disfrutar de
una agradable velada, en torno al fuego, pero hay un antiguo refrán castellano
que dice “Hasta el rabo, todo es toro”, que viene a significar que, hasta el
final, cualquier cosa puede ocurrir y no hay que confiarse, sino estar
preparado para alguna sorpresa o imprevisto. Y eso es lo que ocurrió en la
plaza del Mercado.
Fue al final, cuando un grupo de
personas, de origen foráneo, se enfrentaron verbalmente, con los responsables
de la cofradía, en actitud amenazante y profiriendo insultos, lo que hizo
necesaria la intervención de la Policía Local y la Guardia Civil. Nosotros no lo
presenciamos, porque hacía tiempo que ya nos habíamos ido, al igual que otros
muchos asistentes.
De ahí que, como nos ha puntualizado
una lectora del blog, la “agradable velada” se transformó en un desagradable incidente
que, afortunadamente, no pasó a mayores, pero que constituyó una muestra más de
la inseguridad que estamos soportando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario