Durante su recorrido por el barranco del Horcajuelo, Enrique Lacleta fotografió un buen número de planta, ya florecidas al comienzo de esta primavera. Nuestros escasos conocimientos botánicos no nos permiten identificar a todas, pero nos hemos atrevido con algunas ellas, como estas flores de Narcissus cernuus.
Se trata de una planta bulbosa, cuyas
flores se presentan solitarios o en grupos colgantes de 2 o 3. Descrita en 1796
por el botánico inglés Richard Anthony Salisbury, es frecuente encontrarla en
los pastos de montaña, como en este caso.
Estas otras flores creemos que corresponden a la Euphorbia
characias, una planta herbácea, que puede alcanzar un metro de altura.
Forman racimos de color amarillo verdoso, con unas glándulas de color marrón
muy oscuro, que segregan un néctar que atrae a los insectos, como puede verse
en estas imágenes.
La planta segrega un jugo irritante y cáustico que se
utilizaba para tratar las verrugas y otras excrecencias cutáneas.
Estas flores son las de un arbusto de
la familia de las rosáceas, el Prunus angustifolia. Tienen cinco pétalos
con anteras de color anaranjado. Es una plata perenne que produce una especie
de ciruelas que maduran al final del verano.
Esta imagen parece corresponder a una
planta de la familia de las fabáceas, Erynacea anthillis, que crece en
lugares montañosos, formando matorrales. Sus brácteas son trifoliadas y la
corola es de color azul violáceo.
Estas otras fotos son de la llamada
popularmente ortiga muerta purpúrea, lamio púrpura u ortiga roja (Lamium
purpureum). Las flores están en verticilos, con cáliz acampanado y corola de
dos labios. es una planta cosmopolita de
la familia de las labiadas.
Finalizamos por hoy con estas fotos que
parecen corresponder a Sedum andegavense, una planta anual que forma
alfombras que en ocasiones llegan a medir hasta varios metros cuadrados de
superficie. Las hojas son glabras (carentes de pelosidad), ovoides o
subglobosas, de 2,5-5 milímetros de longitud. Se agrupan en rosetas verdes o
rojizas de hojas imbricadas muy características, que permanecen así hasta
entrada la primavera, momento en que los tallos comienzan a alargarse, tomando
la planta un aspecto muy distinto, que culminará con la aparición de las
diminutas flores, lo que en este caso aún no había ocurrido.
Insistimos en que nuestras
identificaciones pueden adolecer de errores, por lo que las sometemos a la
consideración de los expertos en Botánica, a los que agradecemos, de antemano,
sus correcciones.
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