El “Escachamatas” era el nombre popular con el que era conocido el legendario ferrocarril que enlazaba Borja con Cortes, inaugurado en 1889, cuya existencia apenas superó el medio siglo, a pesar de lo cual se convirtió en todo un símbolo para los borjanos y muchos de los habitantes de la comarca.
Alfonso Marco escribió su historia y en
nuestro Centro se conservan algunos recuerdos relacionados con el pequeño tren,
al que dedicamos una interesante exposición hace algunos años.
Ahora, D. Juan María de Ojeda nos han
donado dos billetes, correspondientes a los trayectos entre Ainzón y Fréscano y
entre Ainzón y Mallén, uno de 1ª clase y otro de 2ª. Eran unos cartoncitos de
pequeño tamaño, que hemos llegado a conocer en otras líneas. Había que devolverlos
a la llegada, cosa que no se hizo con los que nos han traído.
También Juan María nos ha entregado el
número 4 de la revista Escachamatas, que publicaba el Movimiento Junior de Borja, al que pertenecía. En el editorial se justifica el nombre de la
publicación afirmando que “Hubo un tren en nuestra ciudad al que llamaban
Escachamatas. Un viejo cacharro del que queda a nuestros mayores un recuerdo
cariñoso”. Pero el “Escachamatas” de los nuevos borjanos “sigue porque aquí hay
vida”.
El contenido era muy variado y entre los autores de artículos encontramos a Pili Aguilera, María del Mar Arcos, Pili Chicote, Cristina Bernal, Víctor M. Sanjuán y Silviano Arcega que firmaba un extenso artículo sobre la Cooperativa Agrícola.
Por su parte, Dimas Lajusticia nos ha
mostrado la obra Históries i records. El ferrocarril a Cubelles, escrita
por Antoni Pineda o Gavaldá, en una de cuyas páginas aparece la fotografía de
un vagón de una supuestas “Bodegas de Borja” que le ha llamado la atención.
Pero, esa foto ya la habíamos publicado
en este blog, hace ahora diez años. Nos la había mandado Alfonso Marco quien,
asimismo nos facilitó datos sobre su significado.
El modelo representado correspondía a
uno de los vagones “foudre” fabricados por la Sociedad Herederos de Ramón
Múgica, especializada en este tipo de material, muy demandado a finales del
siglo XIX.
Sobre la plataforma se situaba la
cuba y, posteriormente se le dotaba del cerramiento. Pero la imagen de Borja no
es de un vagón real, sino de una recreación infográfica de aquellos vagones que
sí existieron, aunque posiblemente sin esa leyenda referida a unas bodegas imaginarias.
Cabe preguntarse por qué el dibujante utilizó el nombre de Borja…
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