El 25 de abril de 1928 nació en Borja D. José Pasamar Gutiérrez. Era hijo de D. Rufino Pasamar que, siendo concejal del M. I. Ayuntamiento durante la II República, fue quien propuso encomendar la asistencia del hospital Sancti Spiritus a una comunidad de Hermanas de la Caridad de Santa Ana.
Es llamativo de que, a pesar de la
relación que mantuvimos con él y su larga estancia en nuestra ciudad, durante sus
últimos años, son pocas las fotografías que tenemos de él. En esta aparece
formando parte de un equipo de futbol (el primero por la derecha, de pie).
José fue siempre un hombre de grandes
inquietudes culturales. Destinado a Madrid para cumplir el Servicio Militar, el
apoyo de dos grandes borjanos, el General D. José Manuel Lacleta Lázaro y el
Prof. D. Carlos Sánchez del Rio, le permitió cumplir su sueño de convertirse en
pintor. Cursó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, entre
1952 y 1956, y trabajó como copista en el Museo del Prado.
En 1959 estableció su residencia en Londres y, tras recorrer
otros países europeos, se trasladó a Torremolinos, donde abrió una galería y,
más tarde, a Playa del Inglés, donde también tuvo galería. Fue un buen
retratista, aunque él insistía en que esa no era su auténtica vocación, sino la
de experimentar en el surrealismo y cultivar la Poesía.
Tras su jubilación regresó a Borja y
aquí volvió a soñar historias casi olvidadas, identificándose con la Sefarad
perdida que quiso hacer realidad en el viejo Cinto, levantando un edificio al
que llamaba “sinagoga”. Falleció en su ciudad natal, en 2007, y su recuerdo
permanece unido a su pasión por los Borja y al gesto de donar el edificio que
hoy es conocido como “Museo Baltasar González”.
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