Ayer visitamos la iglesia parroquial de Talamantes en donde se está procediendo a la restauración del retablo mayor de la misma, dedicado a San Pedro, dentro del plan bianual de restauración de bienes muebles de titularidad eclesiástica, promovido por la Excma. Diputación Provincial, en colaboración con el Obispado de Tarazona y el Ayuntamiento de Talamantes.
Los trabajos han sido adjudicados a Dª.
Ana Martín Sevilla, titulada en la Escuela Superior de Conservación y
Restauración de Bienes Culturales de Aragón y con una amplia experiencia
profesional, dado que ha participado en obras muy importantes en diferentes
puntos de España. Es, además, Licenciada en Historia del Arte por la
Universidad de Zaragoza y persona especialmente vinculada con Talamantes, donde
su familia tiene casa y en la que ha pasado largas temporadas de su infancia y
juventud.
Bajo la supervisión de los técnicos
responsables de la Diputación Provincial, ser ha procedido a desmontar el
retablo y a la limpieza de cada una de sus piezas, perfectamente numeradas. En
estos momentos, Ana estaba realizando catas para estudiar el proceder a seguir
en la restauración, dado que la mazonería ha sido objeto de varios repintes en
el transcurso del tiempo.
Además de conocer el estado de los
trabajos, el motivo principal de la visita era el que el Dr. D. Alberto
Aguilera Hernández, pudiera recabar datos para realizar el informe artístico que
le ha sido encomendado. Por otra parte, ha reunido también información con el
propósito de culminar, junto con Ana Martín, el inventario del Patrimonio
Artístico del templo que ella inició hace ya algunos años y que nuestro
Presidente querría incorporar, lo antes posible, a la colección que el Centro
de Estudios Borjanos ha dedicado a todos los municipios de la zona.
También se desplazó a Talamantes D.
Juan María de Ojeda Castellot, compañero en el Consejo Comarcal del Sr. Alcalde
D. José Julián Domínguez Ibáñez, que acudió a saludarnos y con quien
compartimos unos momentos muy agradables.
Talamantes, como siempre, estaba precioso y para culminar la mañana fuimos por la pista que lleva a Alcalá de Moncayo (que no habíamos recorrido nunca), hasta Añón para comer en el restaurante “Escala de Ritcher” del Hotel Comendador, donde pudieron disfrutar del menú degustación que ya comentamos en un artículo anterior, así como de la amabilidad de quienes están a cargo del restaurante.
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