Hace cuatro años, comentamos en este blog el homenaje tributado a la Virgen de la Peana, en 1897, por un nutrido grupo de borjanos, residentes en la capital aragonesa. En cierto modo aquel acontecimiento constituyó el primer precedente de la actual Hermandad de Ntra. Sra. de la Peana en Zaragoza, fundada en 1950.
Fue el Dr. D. Alberto Aguilera quien descubrió una “relación
de borjanos, residentes en Zaragoza” que, con sus donativos, hicieron posible
la celebración de esa fiesta el 30 de mayo de 1897.
La encabezaba D. Alfredo de Ojeda Perpiñán que, en aquellos
momentos, era Presidente de la Diputación Provincial y en ella figuraban muchos
personajes conocidos, aunque al revisarla ahora nos ha llamado la atención,
entre otras cosas, el que apareciera D. “Valero Puyol y familia”, nacido en Borja
en 1837 y destacado militante republicano, del que hemos dado noticia en este blog,
pero que, según nuestros datos, desde 1875 se encontraba en la República de
Guatemala, donde llegó a ser un destacado personaje y donde tiene descendientes
que se pusieron en contacto con nosotros.
En la crónica que publicamos sobre aquel homenaje a la
Virgen decíamos que había tenido lugar en la iglesia de Santiago, a la que fue
llevado el lienzo que había pintado D. Baltasar González, siendo colocado en el
lado del Evangelio del altar mayor de la citada iglesia, el cual estaba
“adornado con mucho gusto” y todo el templo “lleno de flores”.
Según las crónicas periodísticas, en sitiales de honor se
encontraban D. Alfredo de Ojeda Perpiñán y D. Benito Girauta Pérez. El primero
de ellos era, como hemos dicho, Presidente de la Excma. Diputación Provincial y
Diputado por el distrito de Borja. Más tarde, fue elegido Alcalde de Zaragoza,
pero en esos momentos el Alcalde de la capital era D. Benito Girauta Pérez,
nacido en Talamantes en 1842 pero casado en Borja, donde nacieron sus hijos.
Fue un destacado abogado y miembro del Partido Progresista en cuyas listas fue
elegido Diputado a Cortes, en 1873, por la circunscripción de Tarazona. Por
cierto, falleció al año siguiente cuando acababa de ser nombrado Gobernador
Civil de La Habana.
Junto con ellos, concurrieron al acto muchos miembros de la
colonia, destacando las crónicas la presencia de las Srtas. Ojeda, Navascués y
Aísa que tomaron asiento en la mesa petitoria.
La celebración fue presidida por D. José María Pra, miembro
y maestrescuela del cabildo metropolitano, desarrollando la oración sagrada el
P. José Godos de las Escuelas Pías.
Un coro de voces aragonesas, reforzado por la capilla del
Pilar, interpretó la “grandiosa misa” del maestro Lozano; el gradual del
maestro Lorente; una sinfonía “instrumentada del organista Sr. Belsué” y, al
final, la “hermosa Salve del mismo Lorente”.
Pero, ahora, D. Francisco Lacaba Pablo, acaba de entregarnos
una fotocopia de la factura expedida por la Capilla de Música del Pilar, a
nombre de la “Comisión de Festejos para la fiesta de la Virgen de la Peana”, por
un importe de 180 pesetas (cantidad importante para la época), por la participación
de la citada capilla en la “Solemne Fiesta Religiosa celebrada en la iglesia
del Sagrado Corazón” el 30 de mayo de 1897.
Y ha sido esa alusión a la iglesia del Sagrado Corazón lo
que nos ha sorprendido, dado que esa iglesia zaragozana fue edificada en el
siglo XX, en el solar que había ocupado la iglesia de San Pedro Nolasco.
Proyectada por el arquitecto D. Regino Borobio Ojeda, en 1929, no pudo ser
inaugurada hasta después de la Guerra Civil, por lo que resulta inexplicable la
mención en la factura, pues no tenemos constancia de otro templo con ese nombre
en 1897 y, además, sabemos que la fiesta tuvo lugar en la iglesia de Santiago.
Un misterio…
En cuanto a los firmantes de la factura o recibo, se trataba de D. Antonio Félix Lozano González, maestro de capilla de El Pilar entre 1883 y 1908. Respecto al que aparece como “Procurador” D. Félix Antonio Blasco, la única referencia que hemos encontrado de una persona con ese nombre ha sido en la Gazeta de Madrid de 27 de marzo de 1896, en la que, por una providencia del Juzgado de San Pablo de Zaragoza, se concede el beneficio de pobreza a D. Félix Antonio Blasco Torrijos para poder querellarse, por adulterio, contra su esposa Dª. María Orad Gajías, sin que podamos asegurar que se trata de la misma persona.
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