Acabamos de conseguir una curiosa carta. Fue escrita el 7 de octubre de 1941, en papel timbrado de la Fonda del Comercio de Borja, de la que era titular D. José Zaro Lahora. Se da la circunstancia de que D. José Zaro estaba casado con Dª. Rosario Rubio Laborda, siendo los padres del cabo Tomás Zaro Rubio, nacido en nuestra ciudad el 24 de enero de 1920 y que, como recordábamos en este blog hace diez años, es el único borjano que ha dado nombre a un avión militar.
Se trataba de un Messerschmitt Bf.109-F que se llamó “Cabo Mecánico Zaro”, en homenaje a este joven militar del que ya habíamos dado noticia en nuestro Diccionario Biográfico, en el que hacíamos constar que, con tan sólo 16 años de edad, se había afiliado a la Falange el 10 de septiembre de 1936 y que encontró la muerte en Rusia, cuando formaba parte de la División Azul.
Tomás era mecánico y, por ese
motivo, el 5 de mayo de 1937, obtuvo el ingreso en la Escuela de Especialistas
de Aviación de Tetuán, formando parte de la primera promoción. Allí estuvo dos
meses, graduándose como Ayudante Especialista Mecánico. Destinado al 2º Grupo
de 22, integrado por Junkers, participó en acciones de guerra en varios
frentes. Al término de la contienda, volvió a completar su formación a la
Escuela que ya se encontraba en Málaga. Salió con el título de Mecánico
Motorista y fue destinado al 11º Regimiento, con base en Sevilla.
Se encontraba allí cuando, el 6 de
febrero de 1942, se constituyó la 2ª Escuadrilla Azul, al mando del Comandante
D. Julio Salvador y Díez-Benjumea, que debía relevar en el frente ruso a la 1ª
Escuadrilla, formada en julio de 1941. Tomás, que tenía 22 años recién
cumplidos se alistó en ella, recibiendo formación complementaria en Morón y
Tablada. El 8 de junio de 1942 llegó al aeropuerto de Orel, donde la
escuadrilla iba a establecer su base. Fue dotada con aviones Messerschmitt
Bf.109-F, en uno de los cuales, pilotado por el alférez D. Francisco Javier
Beriain Arbilla, encontraría la muerte el 28 de julio de ese mismo año, apenas
un mes después de su llegada al frente ruso.
Buscando nuevos datos del accidente, hemos encontrado que Francisco
Javier Beriain tenía 14 años cuando el 19 de julio de 1936 se presentó
voluntario en Pamplona, saliendo dos días después hacia el frente de Guipúzcoa
formando parte del Tercio de Lacar. Para el muchacho las cosas no comenzaron
bien, dado que el camión en el que viajaba volcó, ocasionando la muerte de uno de
sus ocupantes y heridas de consideración a otros 25. Él sufrió una luxación de
muñeca de la que se repuso pronto y, durante el mes de agosto, se presentó
voluntario para combatir en primera línea, siendo rechazado por su edad en dos
ocasiones pero, a la tercera, lo admitieron en el Tercio María de las Nieves,
combatiendo en Irún y San Sebastián, pasando después a Huesca y Quinto de Ebro,
hasta que el 21 de enero de 1937 su padre consiguió retirarlo del frente, obligándole
a continuar sus estudios de Bachillerato, pero el 21 de octubre de 1938, consiguió
que le admitieran en el curso de piloto con 17 años. Cuando aún no había cumplido
los 21, marchó a Rusia, formando parte de la 2ª Escuadrilla Azul años y, a borde
de su Messerschmitt Bf 109, logró anotarse tres derribos de aviones enemigos en
combates individuales.
De regreso a España, el 13 de junio 1946, falleció en un
absurdo accidente, junto a su amigo el teniente Antonio Urquiola “Chonete”,
también divisionario, al chocar contra unos árboles el aparato de la Academia
de Aviación que pilotaban, cayendo al río Torío (León).
El fallecimiento del cabo Zaro se
produjo también como consecuencia de un absurdo accidente. Debido a las
condiciones del campo, completamente embarrado, era habitual que, cuando un
aparato se dirigía a la zona de despegue, se colocaban en los planos (alas) dos
personas para orientar al piloto en su recorrido con el fin de que evitara los
baches. Ese día, en el Messerschmitt del alférez Beriain, iban sentados el cabo
Zaro en el ala derecha y el soldado Muñoz en la izquierda. Durante el rodaje,
la rueda derecha se clavó en el barro, dando lugar a que Tomás Zaro saliera
despedido, con tan mala fortuna que fue alcanzado por la hélice del avión,
resultando muerto en el acto.
El día 29 de julio fue enterrado en
el propio aeropuerto, siéndole rendidos honores militares a cargo de una
sección de la aviación alemana que efectuó las salvas de ordenanza. El cabo
Zaro estaba en posesión de la Medalla de Campaña, Medalla de la Campaña de
Rusia y Cruz de Hierro de 2ª clase. Sus compañeros le tributaron el poco
frecuente homenaje de dar su nombre a uno de los Messerschmitt de la
escuadrilla azul.
Aunque inicialmente sus restos fueron enterrados en Orel,
parece ser que, en la actualidad reposan en el cementerio militar de Pankovska
(o Pankowska). Situado en las afueras de la ciudad de Novgorod, fue en su
origen el cementerio de la 1ª División de la Luftwaffe, recuperado tras la
desaparición de la Unión Soviética por las Fuerzas Armadas alemanas. Allí se
asignó un espacio para inhumar a todos los españoles que murieron en Rusia,
durante la II Guerra Mundial, trasladándolos desde los lugares donde habían
sido enterrados.
El 15 de septiembre de 1997 fue inaugurado un monumento en su
memoria, financiado por el Ministerio de Defensa español. En el acto, presidido
por el Gobernador Militar de Novgorod y el General D. José Colldefors
Valcárcel, Presidente de la Hermandad de Veteranos, rezó un responso un
sacerdote católico polaco y se efectuó la ofrenda de tres coronas que llevaban
los colores alemán, ruso y español, mientras la Filarmónica de Novgorod
interpretó “La muerte no es el final”. Aunque ya son más de 2.000 los españoles
cuyos restos han sido trasladados a ese lugar, no podemos asegurar que, entre
ellos, se encuentre nuestro paisano.
Sin embargo, su recuerdo permanece vivo incluso en pequeños
detalles. Así, por ejemplo, hemos visto una página de modelismo en la que se
dan instrucciones para el montaje de un Messerschmitt Bf.109-F, a partir de un
kit comercial. El autor cuyo nombre no conocemos, pues firma como lothar29, lo
ha completado dándole el nombre de “Cabo mecánico Zaro”.
Todo ello nos lo ha vuelto a recordar esa carta que hemos
conseguido en la que también se pueden estudiar otros detalles, como la persona
que la firma, ofreciendo sus servicios al Empresario del Teatro de Jaca. No
hemos podido identificar su firma, aunque hace alusión al estreno de lo que
llama “comedietas”, entre las que menciona “Sol y alegría” que en realidad era
una zarzuela en un acto. De lo que no cabe duda es de que se encontraba alojado
en la Fonda del Comercio y, comoquiera que la firma el 7 de octubre, pudiera
parecer que había actuado en la Feria de Borja.
Sin embargo, a través del Programa de
las Fiestas de aquel año, hemos podido comprobar que quien actuó en el Teatro
fue la compañía de Gaudiosa Salcedo y José María Rupert que, en principio, nada
tenían que ver con el firmante de la carta por lo que la incógnita en torno a
esta cuestión se mantiene.
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