A las seis de la mañana se inició el canto de la Aurora de San Bartolomé por las calles de Borja. Estamos a la espera de las imágenes captadas por Enrique Lacleta, pero esperamos a sus participantes en la plaza del Olmo.
En el centro
de la misma vimos los elementos que este año han incorporado. En concreto, el
farol y la campanilla que solían acompañar a todas las auroras pero que, en el
caso de la de San Bartolomé, habían dejado de usarse. Se han recuperado ahora
tras la donación de la preciosa e histórica campanilla por un devoto cofrade.
Después de la Aurora y del rezo del Rosario,
la cofradía ofrece un desayuno a todos los participantes. Desde hace unos años
tiene lugar en la Casa de Aguilar hacia las ocho de la mañana.
Al café con leche con los
roscones que, previamente, había bendecido el párroco D. José María Sánchez
Becerril, el Centro de Estudios Borjanos quiso contribuir con un riquísimo chocolate,
preparado por su Presidente que, por su valor, fue muy celebrado.
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