domingo, 7 de agosto de 2022

Un interesante rincón urbano en Calatayud

 


         Muchas veces cuando visitamos en varias ocasiones una determinada localidad, solemos recorrer los mismos lugares sin llegar a descubrir otros que son especialmente interesantes. Así nos ha ocurrido en Calatayud, donde en un reciente viaje con el Dr. Berthod “descubrimos” la plaza del Olivo, junto al arco de San Miguel, que reúne una serie de atractivos sobre los que nos hemos interesado posteriormente.



         Allí nos encontramos con la fachada de un pequeño templo, en la que nada menos que tres placas nos cuentan la evolución del mismo. En la situada sobre la puerta se indica que, en ese lugar, se encontraba la casa en la que nació, el 16 de mayo de 1559, el venerable fray Domingo de Jesús Ruzola.


         Este ilustre bilbilitano, del que se conserva en el Musée d’Arte et d’Histoire de Ginebra, este magnífico retrato, obra del taller de Rubens, llegó a ser General de la Orden del Carmen. Pero, también, desempeñó destacados cometidos diplomáticos al servicio del Papado. Como legado de Gregorio XV tuvo un relevante papel en la victoria obtenida por las armas católicas frente a las tropas protestantes en la llamada batalla de la Montaña Blanca (1620) y Urbano VIII lo envió para mediar en el conflicto por la sucesión del ducado de Mantua, falleciendo en Viena, en el transcurso de esta misión (1630). Intervino también en el proceso de canonización de Santa Teresa y en puesta en marcha de la Congregación para la Propagación de la Fe.


En 1670, el Ayuntamiento de Calatayud edificó sobre el solar de la casa en la que había nacido un templo dedicado a la Virgen del Buen Parto, como recuerda otra placa. El lienzo titular de su retablo representa a una Virgen amamantando al venerable fray Domingo de Jesús. A la izquierda del lienzo se encuentran Santa Catalina de Alejandría, San José y un santo carmelita obispo arrodillado (con la mitra delante). A la derecha encontramos, junto con el venerable, a un ángel, a San Lorenzo con la parrilla en la mano y revestido de capa pluvial y a otro santo que no hemos identificado.



         Otra placa recuerda que, en 1986, la familia Sagasta Azpeitia cedió el oratorio a la Hermandad de San Pascual Bailón y, por ese motivo el Santo aparece en la hornacina situada sobre la puerta de acceso.

         San Pascual, nacido en la localidad de Torrehermosa, profesó como religioso franciscano alcantarino en el convento de Orito, falleciendo en el de Villarreal. Canonizado en 1690 sus restos se veneraban en la llamada capilla real de un complejo formado por el "Templo Votivo Eucarístico Internacional", erigido en basílica menor por San Juan Pablo II, la Real Capilla y el convento de religiosas clarisas. Lamentablemente, todo ello fue incendiado por milicianos republicanos durante la guerra civil. Algunos restos del cuerpo de Santo pudieron ser rescatados de las cenizas por algunos vecinos y parte de ellos han vuelto a la reconstruida capilla real, reinaugurada por D. Juan Carlos I aunque aún no está completamente terminada.

         San Pascual es el Patrón de todas la obras y asociaciones relacionadas con la Eucaristía, como la Adoración Nocturna o los Congresos Eucarísticos, y también de las cocineras. 



         Pero San Pascual es también el Patrón del gremio de sogueros de Calatayud que hoy pervive en la hermandad que lo tiene como titular y con cuya imagen, en una peana enramada, recorren las calles de la ciudad en su fiesta, bailándola al son de la música, mientras se lanzan caramelos y monedas.

 En Calatayud, como en Borja, el cultivo del cáñamo tuvo una enorme importancia, ya que en torno al mismo proliferaron los talleres de sogas y alpargatas. Pero, a diferencia de Borja, el cáñamo de las tierras del Jalón se utilizaba también para fabricar las jarcias de los grandes veleros, que eran muy apreciadas. Solían proveer de ella a la Armada y a los buques mercantes. Hemos documentado la compra de ciertas partidas con ocasión de las grandes empresas navales de la Monarquía.




         Frente al oratorio, fue instalado en 2007 este bonito monumento en bronce, “homenaje a los sogueros bilbilitanos”, obra del escultor local Luis Moreno Cutando, del que por cierto ha desaparecido la soga que tenía inicialmente, como puede apreciarse comparando nuestra fotografía y otra anterior.




         El bajorrelieve nos ha parecido sumamente interesante ya que están muy bien representados los diversos instrumentos del oficio, como lo que en Borja se llama “grama” y “gramaera” en otros lugares, y la mena o banco de hilar. También se ve al fondo a una persona con la espadilla limpiando la garba contra el “espadaor”.

         No pudimos ver el pequeño museo que tiene la hermandad junto al oratorio en el que, probablemente, se conserven alguno de estos instrumentos que el Centro de Estudios Borjanos ha guardado también, a pesar de la enorme falta de espacio que tenemos en nuestras instalaciones, siendo preciso recurrir a la buena voluntad de algunas personas para almacenarlos.









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