lunes, 29 de agosto de 2022

Polémicas esculturas

 

         Esta escultura hiperrealista en la que está representado San Juan Pablo II derribado por un meteorito, fue objeto de una gran polémica que no sólo se circunscribió al tema elegido, sino a la propia autoría de la obra.

         El título de esa sorprendente creación era “La ora nona”, en referencia a la hora en la que murió Cristo, la misma en la que el artista veía caer al Papa aplastado por una roca venida del cielo.

         Pero ¿Quién era el autor de esta irreverente obra? La idea había surgido del italiano Maurizio Cattelan, un provocador artista que también había realizado otra estatua de Hitler arrodillado, pidiendo perdón. Pero el artista que, en realidad materializó su idea fue el francés Daniel Druet que quiso hacer valer sus derechos de propiedad intelectual. El asunto llegó a los tribunales quienes, finalmente, se decantaron por el italiano lo que representó un gran alivio para los defensores del llamado arte conceptual, para quienes lo que prima es la idea, por encima de la persona que la lleve a cabo.



El caso es que la obra fue presentada, por vez primera, en 1999 en una gran sala con el suelo tapizado en rojo y, delante de la escultura, unos cristales rotos daban la impresión de que el meteorito había entrado por el lucernario superior. 



Cuando se expuso al año siguiente en el Palacio Real de Milán, el Papa aparecía revestido con casulla y el palio arzobispal. En ambos casos, asía con ambas manos la férula papal. Tanto la escultura como esos elementos daban una sensación de enorme realismo por la fidelidad de la reproducción.



         Expuesta en varias ciudades, tuvieron la osadía de llevarla a Polonia donde despertó furiosas reacciones que obligaron a dimitir al director del museo y dos diputados intentaron quitar el meteorito y enderezar al Papa.

         Quien lo consiguió fue el escultor polaco Jerzy Kalina, con otra escultura que fue instalada a la entrada del Museo Nacional, en la que el Papa erguido levanta el meterorito sobre una fuente teñida de rojo. El artista manifestó que, en modo alguno, podía representarse a San Juan Pablo II como un viejo impotente aplastado por un meteorito, sino como un titán dotado de una fuerza sobrehumana".


         Pero aquella polémica ha vuelto a suscitarse ahora, con otra obra que también tiene a un Papa como protagonista; en este caso el Papa Francisco. El autor de la misma es el artista chileno Pablo Maire y acaba de ser presentada en la Aguafuerte Galería de la capital de México.




         En realidad, está compuesta por tres esculturas. En la primera de ellas, el Papa sostiene entre sus brazos a un niño; en la segunda sonríe mientras lo deja caer al suelo; y en la tercera ríe con fuerza teniendo a sus pies al niño destrozado.

         ¿Qué significa este esperpento? En opinión del autor que lo ha titulado “Chao, tradición” (sic), pretende ser una crítica a la Iglesia católica y sus jerarcas por perpetuar un modelo "violento y anacrónico".

         En realidad, no deja de ser un ataque más dirigido contra la Iglesia y las explicaciones del autor corroboran esta opinión. Según el artista chileno se inspiró en una obra del activista chino Ai Weiwei que, como protesta contra el régimen chino, tiró contra el suelo un valioso jarrón de la dinastía Han, destruyéndolo por completo.

En este caso, frente a ese gesto que pretendía mostrar la destrucción de la tradición china, el provocador chileno lo traslada a la tradición católica, haciéndola responsable de los numerosos casos que han afectado a niños, especialmente en Chile.







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