jueves, 16 de enero de 2020

El Patrimonio Cultural Inmaterial de Fuendejalón


         Como en otras muchas localidades de nuestra zona, dos fiestas dan inicio al calendario cada año, las de San Antón y San Babil, en cuya víspera se encienden hogueras que, antiguamente, tenían un significado diferente. La de San Antón (la víspera del 17 de enero) era organizada por los mozos, mientras que, en la de San Babil (la víspera del 23 de enero) la protagonizaban las mozas. En esta última se cantaban los tradicionales “chimilindrones”, como recoge el libro de la Tradición oral del Moncayo. Se trata de coplas picarescas, con su estribillo, entonadas mientras se baila en torno a la hoguera, que no son privativas de esta localidad, dado que son también habituales en otras de la comarca y de Aragón.





         La Virgen del Castillo es la Patrona de Fuendejalón, una bellísima imagen medieval a la que se dedicó una ermita que, en realidad, es un templo de grandes dimensiones y notable interés arquitectónico, como hemos destacado en diversas ocasiones, cuya decoración constituye una apología al culto mariano y, en concreto, a la devoción a esta imagen, cuyos milagros han quedado reflejados en las pinturas murales que son uno de sus más valiosos elementos.



         Entre los actos programados en su fiesta, destacan la Misa Solemne en la ermita, la procesión por las calles de la localidad, la ofrenda de flores y el Rosario General. Sin embargo, la Virgen del Castillo está unida a otras tradiciones a las que haremos referencia más adelante.



   
         El otro Patrón de Fuendejalón es San Juan Bautista que tiene dedicado otro excepcional monumento de la localidad, su iglesia parroquial, y que recuerda la secular vinculación del municipio con la Orden de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta a la que perteneció durante siglos.
      




         La víspera del día de San Juan (24 de junio) se lleva a cabo la tradición de las “enramadas”. En su origen, eran los mozos quienes enramaban las puertas de las jóvenes en las que estaban interesados, utilizando flores o cardos “borriqueros”, según el mensaje que querían transmitir. Lógicamente, las flores estaban destinadas a las mozas que les correspondían, mientras que los cardos se colocaban en las casas de las que no les hacían caso.




Posteriormente, el sentido varió, convirtiéndose en motivo de broma y jolgorio, de manera que los cardos se han generalizado, tapando las puertas con todo tipo de objetos.




         También la víspera se enciende una hoguera y, el día de la fiesta se celebra una Solemne Eucaristía en la iglesia parroquial y procesión con la imagen de San Juan, adornada con flores, espigas de trigo y racimos de uvas.



         Aunque, en la actualidad ya nos los lleva, antiguamente la imagen de la Virgen del Castillo vestía mantos y ellos son utilizados en otra tradición vinculada a su devoción, la de llega que tiene lugar el día 8 de septiembre.

         Varios de esos mantos, portados por otras tantas personas, recorren las calles de la localidad, para recaudar fondos para su fiesta. A las puertas de las casas les esperan los vecinos que, tras besar un manto, depositan su óbolo y reciben una estampa de su Patrona.




         Pero una de las tradiciones más hermosas es la denominada “Fiesta de los mozos” que tiene lugar el cuarto domingo de octubre. Ese día se realiza, entre cinco personas, el sorteo para conocer quien conservara en su casa, durante el año, la imagen de la Virgen. Antes sólo podían participar en él los varones, solteros y nacidos en Fuendejalón.





         Ahora, pueden participar hombres y mujeres de cualquier edad y se sigue realizando a los pies de la Patrona, mediante el procedimiento de introducir en una bolsa cinco redolillos o bolas, cuatro de ellas vacías y una con un papel en el que pone “Virgen del Castillo”. Antes se sortea el orden en el que los cinco seleccionados irán extrayendo los redolillos.

         Siguiendo ese orden, van introduciendo su mano en la bolsa y, cuando el agraciado consigue el de la Virgen, grita con fuerza “Viva la Virgen del Castillo”, en medio de una gran emoción. A él, le corresponderá la custodia de la pequeña imagen de la Virgen, réplica de la original y montada sobre un castillo, durante seis meses, repartiendo los restantes meses del año entre los otros cuatro.



         En un momento en el que se está trabajando en España para que la Jota sea reconocida como “Patrimonio de la Humanidad”, es importante destacar que Fuendejalón cuenta con una dilatada tradición de destacados intérpretes de nuestro canto regional, cuyos nombres se recuerdan, con placas de cerámica, en las fachadas de las casas donde nacieron, y a la Jota hay dedicado un monumento, frente a la iglesia parroquial.




         Y la Gastronomía también forma parte del Patrimonio Cultural. En el caso de Fuendejalón queremos simbolizarla en las llamadas “cañas”, entre otras razones porque fueron objeto de atención en una conferencia pronunciada por D. Miguel Caballú Albiac en la Academia Aragonesa de Gastronomía, no hace demasiado tiempo.

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