domingo, 26 de enero de 2020

El Patrimonio Cultural Inmaterial de Gallur II


         Prosiguiendo el recorrido por las tradiciones de Gallur, a lo largo del año, nos referiremos en primer lugar a la Solemnidad del Corpus son dos antiguas fotografías. La primera de ellas está datada en 1925 y, en ella, puede verse al Santísimo bajo palio, escoltado por dos números de la Guardia Civil, con el uniforme entonces utilizado y, detrás, el pendón de la cofradía de San Antonio flanqueado por dos faroles. Cierra la procesión al fondo la Banda de Música.




         La segunda es de los años 60 y, en primer plano, desfilan los niños que hicieron la Primera Comunión ese año. Hemos contado 65, un número sensiblemente superior al de la actualidad, cuando siguen participando en la procesión. Desde 2009, los niños portan una pequeña imagen del Niño Jesús, mientras la niñas arrojan pétalos de flores.

         Lo que sí se ha mantenido, a diferencia de otros lugares, es la instalación de tres altares, a lo largo del recorrido, en los que se detiene la procesión y donde se efectúa la bendición con la custodia.



         Una fiesta muy importante que ha desaparecido era la de la Cruz de Mayo, el día 3 de mes, la cual estaba vinculada a una tradición, según la cual el Crucifijo que aparece en esta imagen subió por el río Ebro, contra corriente, hasta Gallur y sólo pudo ser sacado de las aguas cuando se organizó una solemne procesión, con la participación de los vecinos.

         Ese día se efectuaba, con este Crucifijo, la bendición de los términos y se consumían las “coscaranas”, una torta de pan dulce, con un huevo en su interior, recubiertas con clara de huevo y confetis, el equivalente a las “culecas” de otras localidades.




         La bendición de los términos se sigue realizando, pero tiene lugar el 15 de mayo, vinculada a la fiesta de San Isidro, instaurada en 1956, cuando se inauguró el edificio de la antigua Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos.
         La imagen del Santo recorre las calles de la localidad y, a la puerta del templo parroquial, se procede a la citada bendición, celebrándose seguidamente una Eucaristía que finaliza con la tradicional “Jota de los labradores”.

         Otra fiesta que se celebraba con gran esplendor era la de San Fernando, el 30 de mayo, pero no era propiamente de la localidad, sino de las fuerzas militares establecidas en Gallur, pertenecientes al Arma de Ingenieros, de la que el Santo Rey es Patrón.
       


         Las fiestas mayores de Gallur son las que se celebran en junio, en honor a sus Patrones, San Antonio (13 de junio) y San Pedro (29 de junio) que se anuncian conjuntamente. Probablemente, el Patrón más antiguo es San Pedro, aunque la fiesta de San Antonio ya está documentada en el siglo XVIII, cuando se adquiere una peana para llevar su imagen en procesión y según la tradición está relacionada con la eficaz intercesión del Santo, cuando una terrible plaga de langosta asolaba los campos.

         La forma de celebrar ambas fiestas es similar, comenzando con el volteo general de campanas a mediodía del día de la víspera y la procesión del Rosario General que tenía lugar, tras el canto solemne del Oficio de Vísperas en la iglesia parroquial.





         En la tarde de ambas vísperas tiene lugar la procesión del Rosario General, cuyos faroles fueron restaurados en 2017, merced a la iniciativa de D. Antonio Miguel Sierra Ferrández.



         En ella toman parte también los estandartes de todas las cofradías y asociaciones religiosas de la localidad, junto con las peanas de los Patrones y de la Virgen del Rosario.



         A la salida del Rosario, los danzantes, protagonistas indiscutibles de estas fiestas, interpretan el baile de cintas. Al regreso a la iglesia, era costumbre cantar la Salve a la Virgen.




         El día de la fiesta de ambos Patrones salen en procesión ambos, con la particularidad de que, el lugar preferente lo ocupa la peana correspondiente al de su celebración. De forma espectacular, las peanas eran lanzadas al aire, mientras se daban ¡Vivas! a cada uno de ellos. En la actualidad, tan sólo se bailan, pero los danzantes, en el caso de San Antonio, cuya peana sigue siendo portada a hombros, bailan y realizan el pasapeanas, cruzando por debajo de la peana, sin dejar de bailar.

         También se bailan, en el transcurso de la procesión, a los niños nacidos en el año, como puede verse en las imágenes anteriores.



         El grupo de danzantes está formado por 8 bailadores, el mayoral y el zagal. Visten calzón negro, con medias blancas, adornadas con las llamadas “escarapelas” que son cintas de colores y cascabeles, chaleco y faja blancos, excepto el mayoral y el zagal que llevan chalecos negros. Unos y otros adornan el chaleco con claveles rojos, cruzando el pecho con un pañuelo que antes se llevaba a la cabeza. En el resto de sus actuaciones, como los pasacalles, dianas y llega, todos usan chaleco negro. El mayoral porta el palo de cintas, mientras que el zagal tiene como distintivo la llamada “moña” que es una vara adornada en su parte superior con cintas de colores.



         Antiguamente, el sacerdote que presidía la procesión llevaba la reliquia correspondiente del Santo, con paño humeral. La de esta fotografía del año 1942 corresponde a la procesión de San Antonio, en la que el terno va revestido de blanco, color litúrgico del día, dado que en el caso de San Pedro sería rojo, como corresponde a su condición de mártir.

         Hasta fechas recientes, el día de San Antonio se desplazaban andando a Gallur un grupo de mujeres de Pradilla de Ebro que iniciaban su romería en la puerta de la iglesia de su localidad, siendo recibidas en Gallur por el párroco, participando en lugar preferente en la procesión y en la Misa solemne, regresando por la tarde a Pradilla.




         Una de las tradiciones que sigue viva es la de salvas que se efectúan en distintos puntos del recorrido de la procesión. Para ello se usan las llamadas “torderas”, escopetas utilizadas antaño por los cazadores que conservan celosamente sus propietarios.



         Pero lo que realmente impresiona a quienes, por vez primera, asisten a ello son los “dichos” que los danzantes declaman a la puerta de la iglesia, cuando regresa la procesión. El monumento allí levantado, recuerda este momento de especial emoción, en el también intervienen algunos de los presentes, lanzando a viva voz, sus particulares peticiones a sus Patrones. Al término de esos improvisados versos se repiten los “Vivas” y los gritos “Al Cielo con él, con el que se estimula a los portadores de las peanas a elevarlas o lanzarlas al alto, como se hacía antes.



         La Solemne Eucaristía se ha visto complementada con las ofrendas de Frutos y Flores. La primera de ellas está documentada en 1971, el día de San Pedro, y la ofrenda de flores comenzó a realizarse en la década de los años 90, el día de San Antonio.





         Después, en la plaza de España, tiene lugar la representación de lo que allí se denomina “dance”, aunque en realidad es el “paloteado”, dado que la pastorada propia del primero, los dichos y las competencias dejaron de interpretarse, aunque se consevan sus textos.
         La música del baile, al son de gaita y tamboril, es una de las señas de identidad local, hasta el punto de que, en alguna ocasión, ha sido definido como “himno de Gallur”. En 2011, el dance de Gallur fue declarado “Fiesta de Interés Turístico de Aragón”.
         Los días de fiestas posteriores, los danzantes realizan la Diana y en uno de ellos efectúan la llega, en la que la contribución de los vecinos va destinada a recompensar su esfuerzo.

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