jueves, 23 de enero de 2020

Un joven de Bulbuente enterrado en Roma


         D. Ignacio Tomás Cánovas, actual deán de la catedral de Tarazona, ha tenido la amabilidad de remitirnos esta fotografía de una lauda sepulcral que ha constituido una auténtica sorpresa para nosotros.
         Corresponde a Domingo Navarro de Aréstegui, un joven de prometedor futuro que falleció en Roma el 16 de enero de 1672. En la lápida se indica que era natural de Bulbuente, diócesis de Tarazona, y al pie figura su escudo de armas, lo que testimonia que pertenecía a una familia destacada.

         Sin embargo, hasta el momento, no teníamos la más mínima noticia sobre este linaje establecido en Bulbuente. La única referencia es que, por esas mismas fechas, era párroco de la localidad D. Juan Navarro, sin que sea posible establecer, por el momento, su relación con el joven.





         La lápida se encuentra ubicada en el salón de actos y exposiciones de la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat, donde D. Ignacio Tomás ha permanecido tres años.




         Conocida familiarmente como “Sala de los muertos” hasta ella fueron trasladados los monumentos funerarios que existían en la iglesia de Santiago de la Piazza Navona, entre los que destaca el de Pedro Foix de Montoya (1556-1630) obra de Bernini.

Junto con el joven de Bulbuente también se recuerda a otro aragonés, Juan de Berzosa, nombrado archivero de la legación española por Felipe II. En la misma iglesia está también el sepulcro de D. Francisco de Paula Mora Gutiérrez de los Ríos, hijo de los marqueses de Bogaraya y Lugros, que realizó el escultor zaragozano Ponciano Ponzano (1813-1877), en 1843. Obras suyas son también las tumbas del embajador Villalba, en 1844, y la de D. José Ignacio Aparici y Soler, en 1845.




Pero, como hemos comentado, la tumba del joven bulbuentino procede de la antigua  iglesia de Santiago y San Ildefonso de los Españoles, situada en la piazza Navona. Edificada en1440  por el canónigo de la catedral de Sevilla (más tarde obispo de Ciudad Rodrigo) D. Alfonso de Paradinas, sobre un antiguo templo, fundado por el infante D. Enique, hijo de Fernando III el Santo, se convirtió en 1506 en la iglesia nacional del Reino de Castilla en Roma

A comienzos del siglo XIX, la iglesia fue declarada en ruinas, por lo que se decidió cerrarla. El Papa VII aprobó en 1807 la unión canónica de las iglesias de los castellanos y los aragoneses que, bajo la advocación de Ntra. Sra. de Monserrat, existía en la Vía Monserrato. Actualmente es conocida como Chiesa di santa Maria in Monserrato degli Spagnoli o más comúnmente como Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat.



La iglesia de Piazza Navona fue adquirida en 1878 por el religioso francés Julio Chevalier, y tras su acondicionamiento fue consagrada a  Nuestra Señora del Sagrado Corazón.




Cuando el pasado verano visitamos Roma, recorrimos la Piazza Navona, donde antaño estaba el antiguo Stadium de Domiciano, contemplando la iglesia de Santa Inés en agonía, que terminó Francesco Borromini, a mediados del siglo XVII. Frente a ella se alza la fuente de los Cuatro Ríos, obra de Bernini, cuyas representaciones dan la espalda a la iglesia pues, según la leyenda, al escultor no le gustaba el resultado final de la iglesia de Borromini, con el que estaba enfrentado.




La antigua iglesia de Santiago nos pasó desapercibida, entre otras razones porque su fachada se encontraba sometida a un proceso de restauración y cubierta de lonas.

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