Ayer, al expresar el debido reconocimiento a quienes, con su
esfuerzo, hicieron posible el éxito de la Cabalgata de Reyes, no mencionamos a
los miembros del equipo de limpieza de la Brigada Municipal.
Justo es hacer ahora, dado que desde primeras horas y hasta
bien entrada la mañana se dedicaron a retirar de las calles esa gran cantidad
de confetis que el paso de la cabalgata había dejado.
Provistos de sopladora y barredora consiguieron que este
inevitable rastro desapareciera casi por completo.
Comoquiera que, cada madrugada, somos testigos de su labor,
hemos podido comprobar que, en muchas ocasiones, deben recoger no sólo los
lógicos desechos, sino también esa multitud de latas, botellas y envoltorios de
chucherías que se arrojan a las vías urbanas, despreciando las papeleras que no
faltan en muchos lugares. Parece que esa muestra de desidia o falta de civismo
de que hacen gala pequeños y mayores es algo inevitable en nuestros tiempos,
pero cuanto facilitaríamos su labor y mejoraríamos el aspecto de la ciudad, a
lo largo del resto del día, con ese pequeño esfuerzo de hacer uso de las
papeleras y de un adecuado empleo de los contenedores.
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