martes, 7 de enero de 2020

El Patrimonio Cultural Inmaterial de Bureta


         Una de las localidades en las que más dificultades hemos encontrado para documentar fotográficamente sus tradiciones ha sido Bureta, dado que no disponemos de imágenes de todas ellas en nuestro archivo, ni las hemos encontrado en la red.

         A pesar de ello, y con la esperanza de poderlas reunir antes de dar forma definitiva al libro que pretendemos editar, vamos a reseñar los distintos elementos que constituyen el Patrimonio Cultural Inmaterial del municipio.




         Como en otros lugares de nuestra comarca, la primera fiesta del calendario es la de San Antón (17 de enero). La víspera se encienden hogueras en las calles y, en ellas, se asan patatas y otros alimentos. El día del Santo era costumbre dar tres vueltas con los animales de labor, en torno al árbol que había frente a la iglesia parroquial.

         La hoguera de San Antón era de los hombres, mientras que las mujeres la encendían la víspera de San Babil (24 de enero). En la primera, era costumbre que saltaran sobre las brasas los propietarios de aquellos animales que habían parido.



         Para Jueves Lardero se comía el “palmo”. En este caso solían ir al paraje conocido como Aguilar.



         Hay dos tradiciones peculiares vinculadas con la Semana Santa. Una de ella es la denominada “Cena del huevo” que reúne a las familias en la noche del Jueves Santo, teniendo como alimento fundamental al huevo, cocinado de muy diversas formas. En numerosos recetarios se hace alusión a esta costumbre que también es compartida por la localidad oscense de Bolea. Tiene su origen esta costumbre en el tiempo en el que ese día de Jueves Santo era también de abstinencia y, por lo tanto, no se podía comer carne.



         La otra tradición es la del encuentro de Jesús con su Madre, el Domingo de Resurrección, en el pilar que existe a la entrada del casco urbano. La esposa del Alcalde le quita la mantilla que cubre a la Virgen y, mientras se cantan “aleluyas”, se arrojan caramelos que, vuelven a lanzarse a la salida de Misa. Es una lástima que no tengamos fotografías de ninguna de las dos.



         Esta es la culeca que se elabora en Bureta y que se consume el día de San Jorge (23 de abril), con chocolate para todos los vecinos.



         Bureta es una localidad eminentemente mariana: “Mientras en Bureta quede corazón será defendida la Madre de Dios”. En torno al 8 de septiembre celebra sus Fiestas Patronales, en honor a la Natividad de Nuestra Señora. El patronazgo lo comparte con San Cosme y San Damián, los Santos Médicos, aunque este último ha quedado relegado, en cierto modo, por el auge experimentado por la festividad de la Purísima Votada, a la que luego nos referiremos.



         El 8 de septiembre da comienzo con la aurora que, al amanecer, recorre las calles, seguida por el Rosario. Antes de la solemne Eucaristía que se celebra en la iglesia parroquial de la Exaltación de la Santa Cruz, desde el balcón de la Casa Consistorial, se desciende el estandarte que las autoridades llevan al templo.



         Por la noche recorre las calles el Rosario General en el que se canta, como nos ha precisado Dª. María Teresa Bellido Alcega el “Ave María”.
      


         Como hemos dicho, San Cosme y San Damián eran patrones tradicionales del municipio. Aunque se sigue conmemorando, ya no tiene lugar la antigua procesión. Ese día, 26 de septiembre, es costumbre comer las típicas “bachocas”.




         Otras dos fiestas marianas que gozaron de profundo arraigo fueron las de la Virgen del Rosario (el primer domingo de octubre) y la Virgen del Pilar (12 de octubre). Ambas advocaciones cuentan con altar en la parroquia y, con motivo de ellas, se celebraba un Rosario General.



         Pero la gran fiesta de Bureta, la que mayor devoción concita entre sus habitantes es la de la Purísima Votada, el 23 de octubre, a pesar de su implantación relativamente reciente.

         La imagen fue un obsequio del comendador de Ambel al conde de Bureta, como muestra de agradecimiento por haber cedido a Alberite de San Juan, localidad perteneciente a la encomienda de Ambel, el terreno necesario para la construcción del azud que recogía las aguas para el molino que el comendador construyó allí.



         En 1834, se declaró en toda España una terrible epidemia de cólera que afectó gravemente a la capital aragonesa. Huyendo de ella, el titular del condado de Bureta que lo era entonces D. Mariano de los Dolores López Fernández de Heredia y Azlor, huyó de allí para refugiarse en su palacio de Bureta. Pero allí, también, la epidemia había hecho presa en sus habitantes, ocasionando numerosas muertes.

         Además de preocuparse por atenderlos, con la ayuda de dos franciscanos que trajo de Borja, propuso sacar la imagen de la Inmaculada Concepción en rogativa. Comoquiera, que la epidemia se detuvo instantáneamente, la corporación municipal, los condes y todo el vecindario, hicieron voto solemne, ante el Santísimo Sacramento, de celebrar perpetuamente una fiesta en agradecimiento. Este solemne compromiso fue aprobado por el arzobispo de Zaragoza D. Bernardo Francés Caballero. Además, el propio conde consiguió del Papa Gregorio XVI oficio propio para la fiesta.




         Desde entonces, Bureta cumple cada año su compromiso. La imagen de la Virgen, al recorrer las calles del municipio, es llevada a hombros por los habitantes de las casas por las que discurre la procesión, relevándose al final de cada fachada



         En el último tramo y hasta su entrada en la iglesia parroquial portan las andas los miembros de la corporación municipal que se detienen ante la puerta de acceso al templo.




         Entonces, todos los vecinos acceden al interior pasando bajo la Virgen. Tiene lugar después la ofrenda de flores y frutos, así como la celebración de la Eucaristía.




              Un momento especialmente emotivo es de la interpretación de la Salve de Serafino Alassio (1836-1915), con acompañamiento de Banda de Música. Por la tarde, hay Rosario General, como es habitual en otras festividades de la localidad.
         



         No queremos terminar sin hacer referencia a que, en Bureta, existe una asociación del Sagrado Corazón de Jesús, que también tiene un altar dedicado en la iglesia, donde se celebra su fiesta litúrgica con Eucaristía solemne y procesión.

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