Seguimos avanzando en el análisis de la serie de postales sobre “Castillos de España” para constatar un nuevo error en ella, ya que con el nº 87 de la misma se incluyó esta imagen, rotulada como “Castillo de San Pedro de Roda”, que corresponde al antiguo monasterio benedictino de San Pedro de Roda (Sant Pere de Rodes), aunque es cierto que había sido construido bajo las ruinas del castillo de San Salvador de Verdera.
Podríamos pasar por alto este supuesto
castillo, pero aprovechando esta circunstancia queremos dedicar un breve
recuerdo al que fue importante monasterio y uno de los tres lugares de España
en los que se ganaba el jubileo, junto con Santiago de Compostela y Santo Toribio
de Liébana.
Respecto al origen del monasterio hay una
curiosa leyenda, en la que se basó gran parte de su prestigio: En el año 610,
ante el peligro que se cernía sobre Roma, amenazada por los bárbaros, el Papa
ordenó poner a salvo las reliquias de San Pedro y otros importantes mártires
que, en el interior de un arca, fueron llevadas por mar hasta Rodas y
escondidas en la montaña donde más tarde se edificó el monasterio.
En 1810, cuando el monasterio ya estaba
abandonado, unas personas que para algunos eran saqueadores y para otros
obreros a sueldo, encontraron en el lugar donde ahora los turistas arrojan
monedas un arca que contenía huesos y un ara portátil ricamente decorada. Este
descubrimiento avivó la leyenda y, en cierto modo, volvió a convertir el viejo
cenobio en centro de atracción.
Porque, tras siglos de esplendor, los
monjes habían abandonado el monasterio en 1798, hartas de sufrir ataques de
todo tipo, tanto de bandoleros como de otras personas (era tiempos de guerra). A partir de ese momento, el monumento quedó abandonado y sometido a
un saqueo continuo.
Tuvieron que pasar muchos años para que
se iniciaran los trabajos de recuperación de sus maltrechas ruinas. Fue la
Generalitat la que los inició con la restauración del palacio nuevo del abad y
la sacristía, entre otras zonas. Después se llevó a cabo la restauración de la
iglesia, del claustro y del antiguo hospital, así como la de los edificios de
entrada y la pavimentación del patio central. Todo ello con una aportación de
180 millones de pesetas de Caja Madrid y otros 180 del Departamento de Cultura
de la Generalitat. Las actuaciones finalizaron en 1999 y fueron inauguradas por
el entonces Príncipe de Asturias.
Estas son algunas imágenes del estado
actual, aunque debemos señalar que la restauración, dirigida por el arquitecto
D. Joan Albert Adell, fue objeto de durísimas críticas que, en un debate celebrado
en mayo de 2000 en el Colegio de Arquitectos de Girona llegó a las descalificaciones
personales. Hay información sobre todo ello en la red.
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