Una de las imágenes más populares y difundidas de la Costa Brava es la de esta postal que, en la serie de “Castillos de España”, venía rotulada como “Castillo de Tosa de Mar”.
En realidad, lo que puede verse sobre
la playa de Codolar es una de las torres que forman parte del recinto
amurallado de la “Vila Vella”, el casco antiguo de Tossa, que es la torre del
homenaje del mismo.
Se trata del único ejemplo de ciudad
amurallada que se conserva en el litoral catalán, con un perímetro de 300
metros, jalonado por cuatro torreones y tres torres cilíndricas. Construido inicialmente
en el siglo XII, su aspecto actual es fruto de las reformas efectuadas en los
siglos XIV y XVIII. Lo que no se conserva es el castillo propiamente dicho que
estaba en la parte más alta de la población y estaba constituido por una torre
con un edificio adosado.
El recinto al que se accede por una
puerta con rastrillo, protegida por la llamada Torre del Reloj, acogía a las
viviendas de la población que, separadas inicialmente de sus muros, terminaron
adosadas a los mismos.
Luego, como en otros muchos lugares, la ciudad fue expandiéndose más allá de sus murallas pero aquí, al menos, supieron conservarlas y hoy son el símbolo más importante de Tossa y BIC expresamente declarado desde 1931 (como monumento histórico-artístico.
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