Lo que en la serie de postales “Castillos de España” se describe como “Castillo de Ujué” es en realidad la iglesia fortaleza dedicada a la Virgen de Ujué o de la Paloma, situada en lo alto de un cerro que domina esa localidad navarra, toda ella Conjunto Histórico Artístico e incluida entre los pueblos más bonitos de España.
En ese lugar había una iglesia románica
del siglo XI que había mandado construir Sancho Ramírez, pero fue Carlos II el
Malo quien levantó el actual templo gótico, aunque manteniendo la cabecera del
anterior.
Él le dotó de torres almenadas que le
confieren ese aspecto de fortaleza, unidas por un camino de ronda que, en la
fachada sur, se convierte en una bonita galería con delicadas columnas y
balaustrada calada.
La iglesia posee una bellísima portada gótica y, en el interior, destaca ese conjunto de tres ábsides que formaban parte de la antigua iglesia románica, separados por una reja del resto de la nave gótica, con un coro a sus pies construido sobre arcos apuntados.
Todo el conjunto ha sido objeto de
especial atención por parte de la Fundación para la conservación del Patrimonio
Histórico de Navarra que, en sucesivas fases desarrolladas a lo largo de diez
años, ha llegado a invertir más de cinco millones de euros.
No podemos dejar de mencionar a Santa
María de Ujué a la que está dedicado el templo y que, según la leyenda, fue
encontrada por un pastor en el interior de una cueva, de la que salía una
paloma. El hallazgo propició la fundación de la propia localidad, convertida en
foco de peregrinación para venerar esa imagen.
Carlos II el Malo le tuvo gran devoción.
Además de ampliar el templo, como hemos señalado, mandó forrar en plata la
imagen de la Virgen. Quiso también que su corazón descansara en ese lugar y hoy
se conserva en la arqueta que muestra la imagen.
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