Desde que dimos noticia de la llegada al castillo de Bulbuente de una copia del Perseo de Benvenuto Cellini, realizada por Carlos Arrabal, teníamos interés en verla personalmente, dado que la imagen que nos había remitido D. Manuel Giménez Aperte no era excesivamente buena.
Aunque está a la espera del acabado
definitivo por parte del escultor, luce con todo su esplendor en el patio de
ese castillo-palacio que, al haber sido cubierto y calefactado, se ha
convertido en un espacio muy agradable.
Como ya comentamos en nuestro artículo
anterior, la obra original, realizada entre 1545 y 1554, se encuentra en la
plaza de la Señoría de Florencia. La firma del artista se encuentra en la banda
que cruza el pecho de Perseo, el cual sostiene en su mano izquierda la cabeza
de la Medusa, cuyo cuerpo decapitado yace a sus pies.
Pero, comparando la copia de Bulbuente
con el original florentino, pudimos ver otra sensible diferencia, dado que
Arrabal ha mutilado alguno de los principales atributos de aquel aprendiz de
Cellini que le sirvió como modelo, del que dejó escrito que era hijo de una meretriz
llamada Gambetta, al cual seleccionó porque “tenía unos malos aprendices pero,
entre los cuales, había uno muy hermoso”, convirtiéndolo en la representación
del hijo de Zeus y Dánae, el héroe que, con habilidad, acabó con aquella Gorgona
que convertía en piedra todo lo que miraban sus ojos.
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