Al puente de Vulcafrailes nos hemos referido ya en varias ocasiones, antes y después de su restauración que, en nuestra opinión, ha sido una de las obras más interesantes llevadas a cabo por el Ayuntamiento en los últimos años. No obstante, como Enrique Lacleta nos ha traído nuevas imágenes, queremos ofrecerlas.
El puente, cuyo origen se desconoce, ha
tenido siempre una especial importancia por ser atravesado por el camino real
que conducía a Tudela y por corresponder probablemente al trazado de una
antigua calzada romana.
Pero un aspecto a destacar es el hecho
de haber sido realizada buena parte de la obra en piedra seca, una técnica
declarada Patrimonio de la Humanidad. Los muros de sus aletas comenzaron a
derrumbarse y, durante mucho tiempo, temimos que desapareciera todo el
conjunto. Las obras realizadas lo han salvado, aunque ha sido demasiado pródigo
el uso de mortero entre las piedras.
También se han recuperado los pretiles
que habían desaparecido enterrados por el recrecimiento de la calzada para
permitir el paso de determinada maquinaria agrícola. Ahora el puente está
cortado a la circulación rodada por unas grandes piedras situadas en sus
accesos.
El paso del barranco se efectúa ahora
por un nuevo puente construido con motivo de la creación del parque eólico de
Puylobo por Iberdrola.
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