El 23 de abril de 1188 fue consagrado el Real Monasterio de Santa María de Sigena que había mandado construir la reina Dª. Sancha de Castilla, esposa de Alfonso II de Aragón. Allí profesaron como canonesa de la Orden de San Juan de Jerusalén damas que pertenecían a las más importantes familias del reino, dado que para ingresar en el monasterio era preciso probar la nobleza de sus cuatro apellidos.
Sigena está de actualidad por el
contencioso de sus bienes que fueron trasladados a otra comunidad tras el
incendio provocado a comienzos de la Guerra Civil y cuando las religiosas lo
abandonaron definitivamente. No era la primera vez que lo hacían, ya que la
Desamortización también las expulsó de aquel histórico cenobio y, en ese
momento, era priora del monasterio una ilustre borjana que hoy queremos dar a
conocer.
Se trataba de sor María Lucía Ferrández
y Fernández de Heredia, bautizada en nuestra ciudad el 13 de diciembre de 1763.
Era hija de D. Fermín Ferrández Navascués y Dª. Ramona Fernández de Heredia y
hermana, por lo tanto, de D. Atilano Ferrández que fue quien concluyó la construcción
del actual palacio de los Otero de Navascués, en la plaza del Mercado que, como
ya comentamos, había iniciado su padre.
En las imágenes precedentes aparece el
escudo de armas que usó Dª Lucía y la genealogía que presentó cuando ingresó en
el monasterio a edad de doce años.
Este era el hábito que usaban las
comendadoras profesas de la orden, también llamadas “sororas”, el cual se
mantuvo hasta épocas relativamente recientes. Fue, por lo tanto el que vistió
son Lucía que cuando profesó ya tenía en el monasterio a tres hermanas de su
padre: Agustina, Francisca y Manuela.
Manuela llegó a ser priora, al igual
que sor Lucía, a la que le cupo el triste de honor de ser la última de Sigena
antes de la Desamortización. Como consecuencia de ella tuvo que abandonar el
monasterio en el que había vivido durante 50 años, siendo acogida en la casa
familiar de Borja, donde falleció cinco años después “bendecida y llorada por
sus paisanos” por sus muchas obras de piedad y caridad.
En la actualidad sólo queda un
monasterio de religiosas sanjuanistas en España, el de San Juan de Acre,
situado en la localidad alavesa de Salinas de Añana. El resto de los que
existieron ha desaparecido, entre ellos el de Valldoreix (Barcelona) al que
fueron las religiosas de Sigena que, como puede apreciarse, han modificado sensiblemente su hábito.
El Gobierno de Aragón produjo un
documental que recrea la historia de Sigena y la vida de sus religiosas entre
las que destacaron algunas que habían nacido en Borja, llegando a ocupar la más
alta dignidad del monasterio. Puede verse el vídeo en este enlace.
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