El castillo de Trujillo nos es especialmente querido, dado que en varias ocasiones hemos visitado esa maravillosa ciudad que constituye un ejemplo de recuperación patrimonial. Quienes visiten su espectacular conjunto monumental, recorriendo sus calles hasta ascender al castillo, difícilmente podrán imaginarse que todo ello ha sido fruto de un proceso de recuperación en el que tuvo especial protagonismo el matrimonio Salas-Ortueta que fueron también quienes nos llevaron hasta allí.
Esta impresionante alcazaba fue construida
en la segunda mitad del siglo IX durante la ocupación musulmana. Sus murallas
tienen un perímetro de 900 metros y en su construcción se utilizaron elementos
reaprovechados de época romana. Allí pueden verse inscripciones embutidas en
los muros, cuya procedencia se ignora. En el siglo XV se le añadió un segundo
recinto o albacara de forma hexagonal que se prolonga con una torre albarrana
que no es la única del conjunto.
En el siglo XIX cuando el castillo
perdió su función militar pasó a manos de particulares, hasta que el
Ayuntamiento lo adquirió en 1929. Hay que tener en cuenta que, desde el siglo
XVI, se veneraba allí la imagen de la Virgen de la Victoria, Patrona de la
ciudad.
El camarín actual, situado entre dos torres
albarranas y la puerta de acceso en arco de herradura, es una obra moderna,
realizada por el arquitecto D. José González Valcarcel en 1952, recreciendo el
muro.
En el interior del camarín la Hermandad
de la Santísima Virgen de la Victoria, con ocasión de sus Bodas de Oro, colocó
este azulejo en el que se narra cómo la Virgen con el Niño se apareció a las
tropas cristianas que sitiaban la ciudad en 1232, dándoles la victoria. Por eso
se hace alusión a este episodio en las armas de Trujillo y el concejo mandó
construir una ermita en el castillo en la que venerar la imagen que, bajo el título
de la Victoria, realizó el escultor Diego Durán.
La imagen que, habitualmente, dirige su
mirada sobre la ciudad, está instalada en una plataforma giratoria, de manera
que puede orientarse hacia el interior del camarín. Pudimos comprobarlo durante
una de nuestras visitas, en la que un grupo de trujillanos llegados desde
diversas partes de España, acudió a venerar a su Virgen y entonaron un himno o
gozos que consiguió emocionar vivamente a todos los que estábamos allí.
A través de estas imágenes, unas
realizadas por nosotros y otras de Internet puede apreciarse el aspecto interior
de la fortaleza con su amplio pario de armas y los adarves, todos ellos restaurados
y en buen estado de conservación.
Finalizamos recordando que en el castillo
se rodaron algunas escenas del séptimo episodio de la séptima temporada de “Juego
de Tronos”, en el que representaba la ciudad de Desembarco del Rey ante cuyas
murallas formaban los Inmaculados, mientras Jaime Lannister y Bronn les
observaban desde lo alto, aprestándose para la defensa.
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