martes, 11 de octubre de 2022

Elogio de don Severino Aznar

 

         A D. Severino Aznar Embid (1870-1959), nacido en Tierga pero criado en Calcena y Trasobares, hemos dedicado bastantes artículos en este blog, dando cuenta de nuestro empeño en recopilar toda su amplia producción bibliográfica, así como de los numerosos recuerdos conservados en nuestro Centro, muchos de ellos donados por su nieta Dª. María Blanca Aznar de Pérez Modrego.

         Aunque nuestra colección es una de las más importantes que existen, procuramos incrementarla con aquellos trabajos que localizamos. Así ha ocurrido ahora con el folleto que lleva por título Elogio de Severino Aznar que corresponde a la laudatio pronunciada por D. Álvaro López Núñez, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (de la que también era académico D. Severino), con ocasión del acto de imposición de la Medalla de Oro del Trabajo que tuvo lugar el 14 de diciembre de 1930, en el Salón de María Cristina.


         Nos interesa destacar la personalidad del autor del Elogio, D. Álvaro López Núñez (1865-1936) nacido en León y Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Salamanca. Casado con la poetisa Carolina Valencia Castañeda con la que tuvo seis hijos, en 1895 se estableció en Madrid, donde fundó La Lectura Dominical y el periódico El Universo, formando parte del grupo fundacional de la Democracia Cristiana.

         En 1919 fue elegido académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Su discurso de ingresó versó sobre el “Ideario de Previsión Social”, dado que, junto con D. Severino fue uno de los grandes impulsores de la Doctrina Social de la Iglesia.

         Lamentablemente, el 29 de septiembre de 1936, un grupo de milicianos fueron hasta su domicilio para detener a su hija Esther, cuyo nombre habían encontrado en una relación de miembros de la Adoración Nocturna. Al llegar al patio, se cruzaron con el padre que entraba en esos momentos en el edificio. Señalado por la portera, fue también detenido (tenía 71 años) y llevado junto con la hija a la checa de Fomento. Al día siguientes fueron llevados al cementerio de la Almudena, junto con otros diez hombres y una mujer. Padre e hija fueron obligados a arrodillarse, siendo ejecutados con un tiro en la nuca.

         En el discurso D. Álvaro elogiaba al homenajeado afirmando que “es un varón muy sabio, un catedrático muy docto, un académico muy entonado, un creador muy elocuente y un escritor muy distinguido”. Destacaba también que era el único catedrático de Sociología existente en la universidad española, así como su condición de ser fundador y presidente del Grupo de la Democracia Cristiana.

         Lo que ignorábamos es que D. Severino había tenido catorce hijos. Posiblemente muchos de ellos murieron en edad infantil, dado que sus biografías tan solo dan cuenta de siete: cuatro varones y tres mujeres. De los varones, dos de ellos fueron fusilados en Madrid y otro murió combatiendo en el frente. El cuarto, fue condenado a muerte por haberse opuesto al Decreto de Unificación de Falange y el Requeté. Pudo salvarse por la intercesión de su padre.

         Eran glosados también sus modestos orígenes y los inicios de su formación en el colegio de las Escuelas Pías de Zaragoza, relatando que frente al mismo había una casa de lenocinio donde las mujeres que allí “eran instrumento de los pecados ajenos” llevaban a los niños “dándoles calor maternal y agasajándoles con golosinas y juguetes”.


         También hemos conseguido un ejemplar de la revista Fotos, correspondiente al 17 de septiembre de 1949. Era una publicación creada en San Sebastián, en plena Guerra Civil, por Manuel Fernández-Cuesta Merelo, de ideología profundamente falangista y defensora de las potencias del Eje, durante la II Guerra Mundial. Sin embargo, a partir de 1944, siguiendo las instrucciones del Régimen cambió completamente de orientación y se dedicó a lo que hoy se conocerían como “temas de corazón”, crítica de espectáculos e informaciones banales. En 1949, la calidad del papel era mala, posiblemente por las dificultades que venía atravesando España, tras el embargo de 1946.



         Nuestro interés por este número radica en que incluía un reportaje a dos páginas sobre D. Severino, firmado por Francisco Casares, calificándolo de “misionero de la política social”.


         Francisco Casares Sánchez (1899-1977) fue un destacado periodista que llegó a ser secretario permanente honorario de la Asociación de la Prensa de Madrid. Nacido en la capital de España, colaboró con la práctica totalidad de los medios de comunicación impresos, reuniendo importantes galardones como el Premio Luca de Tena, el Virgen del Carmen (de la Armada Española) y el Francisco Franco. Publicó también novelas y libros de ensayo.




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