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         La Diputación de Valencia nos ha enviado la obra Procesos constructivos y edificación con tierra durante la Prehistoria reciente en las tierras meridionales valencianas, de la que es autora la Dra. Dª. María Pastor Quiles. Ha sido editada por el Servicio de Investigación Prehistórica del Museo de Prehistoria de Valencia, con el nº 126 de la serie “Trabajos Varios”.

         En el prólogo, el Prof. D. Francisco Javier Maestre, del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la Universidad de Alicante, destaca la trayectoria profesional de la autora que, en los últimos años, se especializó en el estudio de la tierra en materias constructivas y, sobre ello, versó su tesis doctoral de la que, en buena medida, es fruto la obra que comentamos.

         Como señala la Dra. Pastor en la introducción, la tierra es uno de los materiales de construcción más utilizados en todo el mundo a lo largo de la Historia y, de hecho, ha seguido siendo empleado entre nosotros hasta bien avanzado el siglo XX. Pero su trabajo se centra en su uso en épocas prehistóricas, aunque circunscrito al territorio situado en el marco sur del área valenciana.

         Tras la información acerca de la metodología utilizada, la obra aborda las bases para el estudio de la edificación durante la Prehistoria reciente, haciendo mención a los materiales utilizados (tierra, estabilizantes, materias vegetales, madera, piedra y pigmentos); a las técnicas de construcción y a las prácticas sociales relacionadas con ella. Entre las técnicas mencionas se hace alusión al bajareque, que es la aplicación de barro sobre una estructura vegetal o madera; al amasado y modelado en bolas o bloques de barro; y a la más conocida por nosotros, el empleo de adobes.

         Los siguientes capítulos están dedicados a casos concretos en las diferentes etapas: Neolítico, Calcolítico, Edad del Bronce y Broce final, con mención expresa a diferentes yacimientos de cada una de ellas.

         En concreto, Los Limoneros II y el Alterón para el Neolítico; La Torre-El Monastil, Vilches IV y Les Moreres para el Calcolítico; Laderas del Castillo, Cabezo Pardo y Caramoro I para el Bronce argárico; Peñón de la Zorra, Terlinques, Cabezo de Polovar y Lloma de Betxí para el Bronce valenciano; y Peña Negra para el Bronce final y I Edad del Hierro.

         Muy interesante la discusión en torno a los resultados de la investigación y sus conclusiones, entre las que nos ha llamado la atención que frente a la generalización del uso de la tierra en el Levante penínsulas, a partir del III milenio a.C., sola o en combinación con otros materiales, el uso del adobe es excepcional antes del I milenio, siendo objeto de debate el origen de esta “nueva” modalidad constructiva que, además, relaciona el uso de barro crudo con el barro cocido utilizado para la producción de figurillas, recipientes y otros objetos, por lo que la distancia tecnológica entre el uso de adobes y el posterior de ladrillos está muy próxima.