sábado, 22 de octubre de 2022

Revistas recibidas 486

         La Diputación de Badajoz nos ha remitido el Tomo LXXVII/II de la Revista de Estudios Extremeños, correspondiente al segundo cuatrimestre del pasado año. Sin lugar a dudas, es ésta una de las revistas más voluminosas, en cuanto al número de páginas. En esta ocasión tiene cerca de 500 con 17 estudios y otros dos artículos en la sección “Miscelánea”.

 



         Para evitar la transcripción de su contenido, reproducimos las dos páginas de su sumario, en el que nos han interesado, por razones particulares, alguno de sus artículos. En concreto, el de José Sarmiento Pérez sobre “La ocupación de la provincia del Alentejo portugués por los franceses y la intervención de las tropas españolas en el conflicto (octubre de 1807-septiembre de 1808)” en el que el autor relata cómo, tras una cierta pasividad inicial por parte española, tras el 2 de mayo, el ejército español colaboró activamente con el portugués en la defensa de su territorio. De igual forma, nos han llamado la atención dos noticias arqueológicas: la que ofrece Enrique Antón Gil sobre la aparición de una inscripción funeraria, escrita en griego, en el término municipal de Olivenza, lo que plantea diversos interrogantes sobre la persona a la que fue dedicada y a su origen. La otra la ofrece Rodrigo Cortés Gómez sobre una nueva escápula epigráfica en la medina de Badajoz.



         Pero es la aportación del Prof. D. Eustaquio Sánchez Salor y D. Francisco Javier Sánchez Sánchez sobre “Piedras sagradas de Conquista de la Sierra (Cáceres)” la que ha suscitado especial interés en nosotros. Citan al Dr. D. Martín Almagro-Gorbea y a su trabajo sobre las rocas sagradas de Extremadura, al que los autores añaden cuatro nuevos berrocales.

         Son ya numerosos los estudios publicados en los últimos tiempos sobre “rocas sagradas” relacionadas con determinados ritos en época prehistórica o en la etapa prerromana y ello nos ha permitido recordar una formación existente en el término municipal de Bulbuente (la que aparece en las imágenes) a la que D. Federico Bordejé suponía una función similar. En uno de nuestros Boletines Informativos dimos noticia de ello, mereciendo la descalificación de un destacado profesor y amigo que llegó a atribuir al gusto “gore” de nuestro presidente la difusión de esa información, cuando solamente se había limitado a sugerir un estudio de una roca que, cuando menos, resulta singular.

         Es cierto que, en su entorno, no han sido hallados restos arqueológicos que permitan contextualizarla o interpretar su función, pero hay tantas similitudes con otras que se están publicando que hemos querido volver a recordar este caso.




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