Cuando se disponían a preparar la ermita del Sepulcro de Borja en la que, el próximo domingo, se celebrará la Salve Galana, se encontraron con la sorpresa de que la gran cristalera, que cierra la hornacina de su retablo, se había desprendido rompiéndose por completo. Retirados sus fragmentos, aunque tiene solución reponiendo los nueve cristales que la formaban, no deja de ser llamativo que haya podido soltarse el marco, cuando no hace demasiado tiempo fue restaurada la ermita.
Las desgracias se han cebado en esta
ermita, ya que ha sido objeto de varios robos. En uno de ellos se llevaron el
hermoso marco de madera dorada que rodeaba a la cristalera y algunas obras de
arte.
Es por eso que todas las imágenes y
cuadros fueron retirados, dejando allí una reproducción de la bellísima imagen
de Cristo yacente que, con el resto de obras, se conserva ahora en el Museo de
la Colegiata, desde donde se lleva la imagen de la Virgen para la ceremonia
citada de la Salve Galana.
Aunque la hornacina dejó de cumplir su
cometido ya que, en ella, se encontraban las imágenes de Cristo y la Virgen,
siendo veneradas por los fieles, a través de una puerta lateral; mientras que
ahora, la reproducción mencionada se ha dispuesto sobre la mesa de altar, es de
esperar que la cristalera sea repuesta con prontitud.
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